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Antigua técnica para encontrar nuevo petróleo

2002/09/12 Kortabarria Olabarria, Beñardo - Elhuyar Zientzia

A pesar de que las tendencias a favor de las energías renovables son cada vez más claras, tal y como han señalado los reunidos en Johannesburgo, el petróleo sigue siendo el principal combustible. Sacar petróleo es una profesión ancestral. El proceso es muy conocido, pero caro y a menudo mucho más banal de lo que la gente piensa. De hecho, en el 90% de las perforaciones, el oro negro se sustituye por sedimentos inútiles. Así, las compañías petrolíferas tiran cada año millones de euros sin éxito en su búsqueda del petróleo.

Sin embargo, las petroleras pueden evitar estas malas estadísticas. La clave está en la micropaleontología, es decir, en la investigación de microorganismos fosilizados. Si este trabajo se realiza correctamente, los expertos suelen tener más detalles sobre dónde perforar. Esta técnica paleontológica es conocida desde tiempos remotos, pero se consideraba que fue descartada por falta de valor y ahora el problema es otro: pocos expertos la conocen. Por este motivo, Martin Langer, profesor de la universidad de Bonn, ha comenzado a formar a expertos para que, con la adecuada interpretación de las señales emitidas por los microfosiles, puedan ubicar yacimientos de petróleo.

En busca del oro negro

El petróleo se forma en el subsuelo, en una zona en la que las huellas de microorganismos marinos deben soportar altas presiones y temperaturas, generalmente a unos kilómetros de profundidad. Al ser las rocas más compactas que el petróleo, éste se filtra hacia las capas superiores hasta encontrarse con una capa impermeable que le impide ir más arriba. Cuanto más impermeable sea la capa de roca, mayor será su capacidad de retención del petróleo, lo que redundará en una mayor bolsa de petróleo o depósito de petróleo.

Para localizar y extraer el petróleo así recogido, las compañías petrolíferas cuentan con la ayuda de sismólogos. Los sismólogos, mediante tests basados en ultrasonidos, realizan mapas de capas locales. Una vez que los expertos en estos mapas de capas han identificado los puntos en los que se recogen las condiciones de acumulación de petróleo, comienzan los trabajos de perforación. Sin embargo, como se ha comentado anteriormente, las posibilidades de éxito son pequeñas, ya que las imágenes que se obtienen de los mapas son limitadas y, en muchos casos, las perforaciones se realizan a cientos de metros de la ubicación adecuada. Por ello, de las 10 perforaciones que se realizan, sólo se encuentra un depósito de petróleo, y el tamaño de uno de cada 100 es suficiente para realizar perforaciones rentables. "Dado el escaso éxito de las perforaciones que se realizan en la actualidad, según Martin Langer, y el precio de cada una de ellas oscila entre 2 y 25 millones de euros, la industria petrolera se ha dado cuenta de que la micropaleontología es una herramienta de trabajo útil. El uso de esta técnica es barato y eficaz. La parte económica ha resucitado esta línea de investigación casi muerta".

Micropaleontología para encontrar oro negro

La micropaleontología investiga fósiles microscópicos para predecir con precisión dónde está el petróleo. Los mejores fósiles para encontrar oro negro son los foraminíferos que se encuentran en el mar hace tiempo.

Micropaleontología XIX. Se trata de una ciencia fundada en el siglo XIX y que se debe a los esfuerzos de búsqueda del petróleo. En los últimos años del siglo XX se comenzaron a investigar microfósiles en sondeos de búsqueda de petróleo.

Cuando se investigan fósiles microscópicos, los trabajos de búsqueda del petróleo son mucho más precisos. Los mejores fósiles para encontrar oro negro son los foraminíferos, microfósiles calizos en forma de moneda. Estos fósiles son las únicas células humanas de la antigüedad marina, algunas lisas y otras arrugas, pero siempre recubiertas por una capa de piedra caliza. Precisamente la capa caliza es la principal característica de estos fósiles que ayudan a encontrar petróleo. Los sedimentos con una alta proporción de foraminíferos, al ser porosos, son capaces de absorber petróleo y gas como si fueran esponjas.

Utilizando pequeños fósiles que afloran en perforaciones, los expertos pueden saber si hay algo en algún lugar concreto, si la taladro ha llegado a los almacenes o qué hay dentro del agujero. Para su conocimiento se analiza la morfología de las microfósiles, ya que a cada época geológica corresponde un tipo de microfósil con características morfológicas específicas. En estas investigaciones, además de conocer los datos sobre la edad de las rocas, los expertos pueden conocer las características ambientales de cada época. Así, el estudio de las microfósiles permite conocer la temperatura y la profundidad del agua en la que se encontraban los microorganismos, la cantidad de alimentos que había en el pasado en los océanos, la productividad y el grado de oxigenación del agua, las características del clima, etc.

Todo esto es importante para los que buscan petróleo. Y es que para que se forme petróleo y gas se necesitan unas condiciones determinadas. El conocimiento de la situación ambiental de cada época permite predecir la ubicación de los depósitos de petróleo.

En la década de los 80, cuando se empezó a utilizar la sismología, se pensó que la nueva tecnología de búsqueda de petróleo sería suficiente. En consecuencia, se descartó el papel de los micropaleontólogos que hasta entonces buscaron combustibles fósiles. Hoy en día, sin embargo, las petroleras se han percatado de los errores cometidos entonces y saben que los datos obtenidos del estudio de las microfosiles pueden tener más posibilidades de encontrar petróleo que los mapas sísmicos.

El camino del petróleo

El ser humano, consciente de la existencia del petróleo, lo ha utilizado desde hace tiempo, según los historiadores miles de años. Sin embargo, la historia del petróleo como tema estratégico para el desarrollo es reciente: En 1850 aproximadamente 200 años fue comercializado por primera vez por un farmacéutico de Pittsburg con el nombre de "petróleo" o "aceite de roca". Es entonces cuando se inicia la verdadera historia del petróleo, que se convierte en el motor de la sociedad.

El petróleo llega en crudo a las refinerías, luego, al igual que la comida que llega a la cocina, se "prepara" y allí salen los derivados del petróleo.

Para la extracción, producción y aprovechamiento del petróleo se tienen en cuenta las características de cada yacimiento. Para poner un pozo en producción de petróleo, se introduce un tubo en forma de cañón hasta el yacimiento. El petróleo sale por los orificios hasta el pozo, de donde sale mediante tubos de menor diámetro.

Cuando debido a la presión subterránea y a los elementos que acompañan al petróleo, agua y gas, el yacimiento tiene energía propia, sólo sale petróleo. En estos casos se instala un sistema de válvulas que regulará la salida del petróleo. Si no existe esta presión, se utilizan otros sistemas de extracción de petróleo. La más conocida es la balanza, que gracias al movimiento continuo hace que se mueva la bomba situada en el interior del pozo. La bomba absorbente extrae el petróleo para la superficie terrestre.

El petróleo generalmente no sale limpio, sino mezclado con sedimentos, agua y gases naturales. Una vez separado de estos elementos, el petróleo se envía a los almacenes, desde donde se lleva a las refinerías a través de los conductos de petróleo. El gas natural que llega con el petróleo es conducido a las plantas de tratamiento para su posterior tratamiento y posterior envío a los puntos de consumo a través de los yacimientos de gas. A pesar de los avances en los procesos productivos, nunca se consigue sacar todo el petróleo de los yacimientos, aproximadamente la mitad queda dentro.

En las refinerías el petróleo, como si fuera un alimento que llega a la cocina, se "prepara", por eso se le pone en bruto porque llega sin cocinar. En las refinerías primero se realiza el proceso de destilación con petróleo y después, según se quiera conseguir, se pueden realizar diferentes procesos químicos hasta extraer todos los elementos que tiene. De las refinerías se extraen los derivados del petróleo; el gasóleo y combustibles similares; el polietileno, el benceno y el resto de petroquímicos.

Derivados del petróleo y su uso

  • Gasóleo normal y súper.
    Se utilizan principalmente en vehículos con motor de combustión interna.
  • Turbocombustibles. Gasóleo de uso para aviones tipo jet.
  • Gasóleo de aviación. Para uso de aviones con motor de combustión interna.
  • Gasóleo Diesel. Gasóleo utilizado por camiones, autobuses y varios automóviles.
  • Queroseno. También llamado petróleo, se utiliza principalmente en la industria y en las calefacciones domésticas.
  • Gas propano. Combustible industrial y residencial.
  • Benzina . Se utiliza como combustible para viviendas o para la producción de determinados tipos de disolventes.
  • Fuel oil . Peso de combustible utilizado en hornos y calderas industriales.
  • Disolventes alifáticos. Se utilizan para la extracción de pinturas, colas o aceites, tintas, fabricación de caucho, productos de limpieza, etc.
  • Asfalto. Se utiliza para fabricar asfalto y materiales de sellado en construcción.
  • Bases lubricantes. Son materias primas para la elaboración de aceites lubricantes.
  • Ceras parafínicas. Son materias primas para la fabricación de velas, ceras para el suelo, poxpolos, vaselina, etc.
  • Polietileno. Una de las materias primas utilizadas en la industria del plástico.
  • Alquitrán de olor. Materia prima para la fabricación de llantas.
  • Ácido nafténico. Materia prima para la fabricación de productos utilizados en la industria de pinturas, resinas, detergentes, etc.
  • Benceno. Materia prima del ciclohexano.
  • Ciclohexano. Se utiliza para diferentes productos utilizados en la fabricación del nylon.
  • Tolueno. Disolvente utilizado en los procesos de pintura, tinta, resina y adhesivos.
  • Xilenos mezclados. Se utilizan en la industria de pinturas e insecticidas.
  • Alquibencenos. Se utilizan en el sector de la limpieza y peletería.

Otras vías de localización

Balancín es el sistema de extracción de petróleo más famoso.

Además de la micropaleontología, existen varias técnicas de búsqueda de petróleo, la mayoría relacionadas con estudios geológicos.

Una de las vías más comunes parte de la obtención de imágenes o fotos por satélite, avión o radar. De esta forma se pueden realizar mapas geológicos y observar las características de los lugares de interés: vegetación, topografía, corrientes de agua, tipo de roca, fallas geológicas… Toda esta información permite identificar áreas con características que permitan la presencia de sedimentos en el subsuelo.

Además, se utilizan los sistemas magnéticos y gravimétricos que se instalan en los aviones para obtener información sobre las rocas subterráneas. Asimismo, los geólogos analizan personalmente el lugar elegido y recogen las piedras del suelo para su estudio. Los expertos recopilan información sobre las posibilidades de encontrar hidrocarburos en la zona elegida con todos estos datos.

Sin embargo, los sistemas más adecuados son los sísmicos. En el subsuelo se producen pequeñas explosiones y en la superficie se colocan instrumentos de alta sensibilidad para recoger las ondas que provocan las explosiones. Con esta información, los propios instrumentos elaboran un mapa de capas subterráneo. Geólogos y geofísicos de empresas petrolíferas analizan toda la información y, si se considera oportuno, se realizan prospecciones.

Otros usos de la micropaleontología

Aunque el uso más conocido de la micropaleontología es la búsqueda de petróleo, ésta no es la única aplicación industrial de este campo científico. También se ha utilizado para buscar minerales submarinos, como el manganeso, o el agua que puede haber en el subsuelo a gran profundidad.

En lo que respecta a la ciencia, la investigación, al ser testigos del pasado, las microfosiles son la fuente de numerosos datos sobre la vida en la tierra y la historia del clima, es decir, la génesis, evolución y desaparición de las especies.

Las microfosillas también se utilizan en cosas más raras como la medicina forense o el arte. De hecho, los microfósiles que pueden estar presentes en las pinturas pueden decir muchas cosas sobre la autenticidad de las obras y sobre los materiales que el artista utilizó. Así, por ejemplo, en las obras de reforma se pueden utilizar también materiales originales.

Parece, por tanto, que el futuro de la micropaleontología no es malo. Según un reciente informe elaborado por la Organización de las Naciones Unidas, para el año 2050 la Tierra acogerá 10.000 millones de personas. Evidentemente, la necesidad de energía también aumentará, por lo que además de encontrar fuentes alternativas de energía, habrá que sacar rendimiento a las fuentes de energía convencionales existentes. Actualmente los combustibles fósiles petróleo, gas natural y carbón son la principal fuente de energía consumida. Lógicamente, esto genera muchos problemas medioambientales que obligarán a los países del mundo a apostar, antes o después, por el desarrollo de tecnología para obtener energía limpia.

Mientras tanto, la micropaleontología tendrá que seguir buscando petróleo a la velocidad actual, ya que los combustibles fósiles que existen no durarán más de 40-60 años.

Publicado en el apartado D2 de Deia.

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