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¡Salud! (con soledad y alegría de vivir)

2011/03/06 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia

La soledad afecta negativamente a la salud y la alegría de vivir beneficia. La frase parece totalmente sensata y cualquiera puede dar ejemplos de ello. Pero no es tan fácil analizar y medir la incidencia de ambos factores en la salud. Ahora se han publicado dos investigaciones relacionadas y los resultados son reveladores.
La soledad crónica produce daños en el sistema nervioso, cardiovascular e inmunológico.

El trabajo sobre la soledad ha sido publicado en la prestigiosa revista Science. Para empezar, los investigadores de la Universidad de Chicago descubren que el verdadero culpable, que perjudica la salud, no es la soledad, sino sentirse solo.

De hecho, hay quienes, aunque viven aislados, no sienten la necesidad de relacionarse con la gente, por lo que no sienten la carga de la soledad. Por lo tanto, la ausencia de amigos no perjudica la salud. Sin embargo, otras personas, a pesar de tener relaciones, se sienten solas. Y a ellos sí que les perjudica la soledad.

Algunos, a pesar de vivir aislados, no sienten la necesidad de relacionarse con la gente, por lo que no sienten la carga de la soledad

Por ello, en la investigación actual no se han centrado en el número de relaciones sino que han medido el sentimiento de soledad de la gente a través de una escala de tristeza creada en los años 70. Los investigadores han respondido a preguntas como la frecuencia con la que se sienten solos, la frecuencia con la que piensan que no han hablado con quién y han relacionado las respuestas con el estado de salud. Así se deduce que la soledad crónica produce daños en el sistema nervioso, cardiovascular e inmunológico.

También han investigado los mecanismos que están detrás. Por ejemplo, los que se sienten solos han visto que tienen una presión arterial alta. Pues parece que a los que tienen una soledad crónica se les aprietan los vasos sanguíneos, por lo que el corazón debe hacer más duro el trabajo para bombear sangre. Por eso la presión sube.

Por otra parte, en la orina y la saliva de estas personas se concentran más de lo habitual hormonas relacionadas con el estrés, como el cortisol y la epinefrina. Estas hormonas actúan sobre el sistema nervioso, concretamente sobre el mecanismo "pelear o escapar" (en inglés, fight or flight ). En cierto modo, es como si la soledad preparase el cuerpo para afrontar un peligro. Desde el punto de vista evolutivo es totalmente beneficioso, ya que quedarse solo era muy peligroso para nuestros antepasados. Pero si se vuelve crónico, es contraproducente.

Por último, se ha investigado su efecto sobre el sistema inmunitario y se ha demostrado que los que se sienten solos tienen un mayor riesgo de inflamación e infección vírica. Se explica que el mecanismo parte de los genes.

La otra cara de la moneda

La alegría es un potente antídoto contra el estrés, el dolor y la enfermedad.

Al otro lado de la moneda hay un análisis de la vida. No se trata de una investigación, sino de una revisión de todas las investigaciones que se han realizado sobre el tema. Los investigadores de la Universidad de Cornell han publicado sus Current Directions in Psychological Science en la revista especializada y consideran que la conclusión es clara: las emociones positivas son poderosos antídotos contra el estrés, el dolor y la enfermedad.

Para explicar el porqué del mismo, los investigadores han encontrado varias razones. Entre otras cosas, mencionan que el buen humor nos lleva a salir de casa, a caminar y a hacer ejercicio, lo que repercute positivamente en la salud. Además, cuando estamos preocupados o tristes dormimos mal y dormir bien es una de las claves para una buena salud. Eso no es poco y tenemos menos estrés cuando estamos contentos. Sabiendo todo esto, puede que a más de uno le apetezca escuchar "Una canción por la alegría"...

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