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¿Para cuándo los nuevos anticonceptivos masculinos?

2014/04/04 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia

A pesar de que en los últimos años se ha anunciado varias veces, todavía no se ha lanzado la píldora anticonceptiva masculina. Ni píldora ni otros. Así, en el año 2014 sólo existen dos anticonceptivos masculinos, los condones y la vasectomía, y ambos tienen límites.

Los condones tienen grandes ventajas: son económicos, fáciles de usar y protegen en gran medida de las enfermedades por vía sexual. ¿Contras? No se puede utilizar cuando se desee (el pene debe colocarse cuando está tentado), no es 100% efectivo (la mayoría de los errores son debidos a roturas o mal uso) y algunos son alérgicos al látex (aunque existen condones de otros materiales). Por otro lado, hay quienes se niegan a utilizar el condón por motivos culturales o psicológicos, y la evidencia de que el objeto en sí mismo no ayuda a superar estos inconvenientes.

La vasectomía, por su parte, es muy efectiva y no destaca en absoluto. Sin embargo, para cortar los tubos deferentes que unen los testículos con la vesícula seminal es necesario realizar una pequeña operación, tras la cual se debe utilizar otro anticonceptivo hasta asegurar que no hay espermatozoides en el semen y, sobre todo, es muy difícil retroceder.

Por todo ello, los investigadores llevan años tratando de crear nuevos anticonceptivos masculinos. Se ha tratado con métodos hormonales y no hormonales, pero ninguno ha llegado al mercado.

Con los hormonales se ha tratado de imitar el funcionamiento de la píldora femenina. Las hormonas que influyen en el desarrollo y funcionamiento de las gonadas son las mismas tanto en hombres como en mujeres. Por lo tanto, en los testosterona se ha tratado de evitar la producción de testosterona, necesaria para la maduración de los espermatozoides. Sin embargo, en las pruebas clínicas se observó una disminución de la libido y de las características masculinas. Para evitar estos efectos secundarios, junto con la testosterona, han probado algunas hormonas sintéticas de uso femenino, las progestinas. Con ello parece que no hay efectos secundarios, pero no consiguen que estas hormonas se entreguen en las pastillas, sólo por inyección, parche o implante.

En los no hormonales han probado dos caminos. Por un lado han realizado una vasectomía reversible bloqueando el tubo deferente con un polímero sintético. Parece ser que este polímero es fácil de colocar y retirar y no produce efectos secundarios. Por otro lado, a través de los fármacos sintéticos se ha tratado de frenar el desarrollo de espermatozoides, por ejemplo inhibiendo una enzima imprescindible en el desarrollo. Y recientemente, al bloquear dos proteínas, han conseguido evitar la eyaculación sin accionar el orgasmo. Sin embargo, todos ellos han sido testados por el momento únicamente en el ratón.

Y parece que no será fácil llegar y superar pruebas clínicas. Eso es lo que piensa al menos Jalees Rehman, investigador de la Universidad de Illinois. Afirma que los voluntarios que participan en pruebas clínicas aceptan menos efectos secundarios que las mujeres (ya que la píldora anticonceptiva tiene efectos secundarios y no insignificantes y sin embargo está permitida). En paralelo. la industria farmacéutica no tiene especial interés en apoyar la investigación de métodos anticonceptivos masculinos, ya que la demanda no es muy evidente. Por último, las instituciones públicas tampoco se sienten obligadas a invertir en ello. Por lo tanto, si Rehman no está equivocado y no cambia la situación, parece que la solución del desequilibrio actual se alargará.

 

Publicado en el diario Berria.

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