}

Prevenir y curar la meningitis

1997/07/01 Agirre, Jabier - Medikua eta OEEko kidea Iturria: Elhuyar aldizkaria

Debido al aumento de los casos de meningitis en nuestro entorno en los últimos meses (en Madrid aparecieron los primeros casos como epidemias; el primer brote se detectó a finales de diciembre de 1996), parecía haber encendido la luz roja y el tema ha estado de actualidad. Más aún si tenemos en cuenta que en otoño se va a iniciar la campaña de vacunación. El comportamiento de los medios de comunicación tampoco ha sido prudente, salvo excepciones, por lo que he preferido dejar que el problema se “enfríe” y ahora, cuando la situación se ha normalizado un poco, abordar el tema en profundidad para dejar las cosas en su punto y dar a conocer el estado de la enfermedad.

¿Qué es la meningitis?

Como dice la propia palabra, la meningitis es una inflamación de las meninges, es decir, de las membranas que recubren el encéfalo (cerebro) y la médula espinal (sustancia nerviosa dentro de la columna). Esta inflamación puede deberse a diferentes causas: las bacterias pueden ser responsables de la infección (por ejemplo, meningococo, neumococo, bacilo de Koch, etc.). ), pero también los virus y los hongos, cuya gravedad varía mucho dependiendo del germen creativo. La meningitis meningocócica, por ejemplo, y ésta es la variedad que tanto esames ha dado a conocer en los últimos meses, es una infección causada por meningococos y considerada como una de las más gravosas.

La enfermedad se da principalmente en niños de 6 meses a 6 años, seguidos de los adolescentes y jóvenes en el servicio militar. Entre los adultos, los grupos de mayor riesgo son los mayores, los alcohólicos y los diabéticos. La meningitis se transmite por vía respiratoria, pero las bacterias se destruyen fácilmente en el medio natural (es decir, son muy resistentes). Por otro lado, la dificultad de diagnosticar la enfermedad es relativamente sencilla y por ello, la atención temprana es otro factor a favor del paciente, que se cura sin problemas y sin secuelas.

¿Cuántos tipos de meningitis existen?

E.A.E.

Antes hemos visto que de cara al germen creativo se pueden distinguir meningitis producidas por bacterias, virus y hongos. Y en las bacterias, la meningitis meningocócica es la que más ha crecido entre nosotros últimamente.

Hasta hace poco, la meningitis meningocócica más frecuente era la del tipo B, pero hoy en día la más visible es la del tipo C. Y afortunadamente, a diferencia de las anteriores, esta meningitis tipo C tiene una forma sencilla de prevenir con la vacuna, como luego veremos.

Vacuna: ¿para quién?

En la actualidad existe en el mercado una vacuna protectora contra un tipo de meningitis, la meningitis meningocócica tipo C, aunque su eficacia en el mejor de los casos es “sólo” del 90% (90% en adultos, menor incidencia en niños y no afecta a niños menores de dos años). Hay que tener en cuenta que la eficacia de otras vacunas como la hepatitis o el polio es del 100%.

El brote existente en la comunidad de Madrid despertó una alarma enorme y como consecuencia de ello, el pasado 14 de febrero se inició la vacunación masiva de la población de 6 meses a 19 años en la pequeña localidad de Villareso de Salvenés, medidas que se han repetido en otras Comunidades Autónomas. En la Comunidad Autónoma del País Vasco, el valle de Aiara-Galdakao acogió a todas las personas de entre 2 y 20 años dentro de la campaña puesta en marcha a principios de marzo.

Sin embargo, las autoridades sanitarias (primero las de Madrid, y también las de otras Comunidades Autónomas seguidas, en nuestro caso el Sr. Azkuna ha sido el único que ha tratado de “tranquilizar” el tema en los medios de comunicación una y otra cosa es si lo ha conseguido, o si el mensaje dado ha sido correcto, en el momento y en el contenido) han dicho claramente que la situación no es de alto riesgo ni preocupante. Sin embargo, los Servicios de Observación Epidemiológica, tanto a nivel estatal como autonómico, han podido constatar que la tendencia se ha fortalecido en cuanto al aumento del número de casos. Esto puede sugerir una forma de pensar que podemos estar en un periodo de tiempo entre epidemias y que, como ha ocurrido en las décadas de los 70 y los 80, estamos a punto de entrar en una fase epidémica.

La meningitis normalmente puede diagnosticarse con bastante facilidad, por lo que debemos decir que la atención temprana es uno de los factores a favor del paciente. En estos casos se cura sin problemas ni secuelas.
E.A.E.

El riesgo no ha alcanzado niveles elevados, desde el punto de vista epidemiológico general, si bien se ha recomendado como medida preventiva la vacunación general en las zonas en las que se ha incrementado dicho riesgo. En el resto de los casos, en caso de duda, lo mejor es acudir al médico de cabecera o pediatra y el especialista valorará cada caso teniendo en cuenta la necesidad de vacunación.

Por otro lado, si aparece el mínimo síntoma que nos hace pensar que un niño o un adolescente puede tener infección, conviene acudir a un centro de urgencias donde los médicos harán todas las pruebas necesarias tanto al niño como al joven, confiriendo o rechazando ese miedo. En este punto, es preferible acudir al médico en caso de mínima duda que no hacerlo y después quejarse y lamentarse.

En resumen, y con la perspectiva que da el tiempo diría que la información facilitada por la Administración sanitaria ha sido veraz, ya que los casos de enfermedad registrados no justifican la alarma de la población y el “escándalo” de los medios de comunicación, pero las autoridades sanitarias no publicaron a tiempo esa información y en ese silencio oficial inicial se puede buscar la fuente o el origen de esta reacción de alarma.

Detección precoz, imprescindible para curar

La medida más importante para la curación de la meningitis es la detección precoz de síntomas, que permite un diagnóstico adecuado y un tratamiento antibiótico adecuado posterior al paciente. Si la enfermedad se diagnostica a tiempo, la meningitis se cura sin secuelas.

Síntomas

  • Dolor de cabeza, náuseas y vómitos (estos últimos “escopetas”, es decir, bruscos y muy duros).
  • Fiebre.
  • Rigidez en la nuca y cuello.
  • Convulsiones (no siempre).
  • Debilitamiento y declive generalizado; situación “mala” de los pacientes.
  • Disminución del nivel de conciencia.

Tratamiento

Una vez diagnosticada la enfermedad, el médico aplicará el tratamiento antibiótico adecuado. Los familiares del paciente afectado por meningitis meningocócica y las personas allegadas también deben recibir tratamiento preventivo con antibióticos.

Gai honi buruzko eduki gehiago

Elhuyarrek garatutako teknologia