}

Deporte saludable y fuente de ingresos

2001/11/18 Mendiburu, Joana - Elhuyar Zientziaren Komunikazioa

Para estar bien físicamente se aconseja que cada uno haga deporte en su medida, pero también hay rumores de que agitar los músculos ayuda a estar bien psicológicamente. Sin embargo, para que esto sea así es necesario recuperar fuerzas y para ello no hay que comer ni beber nada.

Septiembre es un mes propicio para muchos para empezar a hacer deporte, pero es frecuente que el trabajo y la oscuridad invernal te enganchen en la oficina o que prefieras estar al calor del sofá. Pues sabed que en tiempos estresados o psicológicamente penosos es lo más conveniente hacer deporte.

La práctica deportiva es aún más beneficiosa en la naturaleza y en espacios abiertos.

El rumor de que la práctica de ejercicio es una solución antidepresiva se extendió hace tiempo y gracias a dos investigaciones recientes ha quedado científicamente demostrada. ¿Pero cuál es la relación entre la práctica deportiva y la actitud positiva? Ambas investigaciones han demostrado que la práctica deportiva afecta al número de hormonas directamente relacionadas con el estrés.

La primera investigación se ha realizado con 20 alumnos sanos. Después de 24 horas sin practicar deporte les han hecho correr 30 minutos. Y gracias a los estudios de orina previos y posteriores a la práctica deportiva, todo es una cuestión de hormona. El cerebro utiliza la molécula conocida como feniletilamina para regular la cantidad de dopamina y norepinefrina que actúan en el estrés.

Lo que pasa es que hacer deporte estimula la producción de esta molécula y, por tanto, se siente más feliz. Esta molécula es recetada por los médicos como antidepresivos cuando no se ven afectados por otros medicamentos, por lo que los científicos consideran que no sería una mala idea ordenar la práctica deportiva en lugar de presionar antidepresivos a los depresivos.

Los estudios demuestran que la práctica deportiva es adecuada para hacer frente a la depresión.

Los investigadores Camille Buting y Homer Tolson de la Universidad de A&M de Texas han realizado la segunda investigación con deportistas y no deportistas de entre 20 y 49 años. Esta investigación se ha basado también en estudios de orina, presentando resultados similares pero más precisos. Según el investigador Buting, "el estrés afecta a dos niveles: emocional y físico". Es una hormona epinefrina que afecta al estrés psicológico y una hormona norepinefrina que actúa físicamente. En las personas con problemas físicos y emocionales también se encuentra una tercera hormona, el cortisol.

En esta investigación los estudios de orina han demostrado que el número de estas hormonas es significativamente diferente entre deportistas y no deportistas. Las personas no deportistas han visto que estas hormonas se encuentran en un número mucho mayor. Así, se ha demostrado que la práctica deportiva no sólo beneficia al sistema muscular sino también al de respuesta al estrés.

Alimentación del deportista

Hacer deporte es sano, pero sólo en condiciones adecuadas. Para practicar deporte es imprescindible, por un lado, que cada uno actúe a su ritmo y, por otro, que se alimente bien. De hecho, la fuerza de hacer deporte recibe de la alimentación los cuerpos y la salud del deportista, la capacidad de recuperar fuerzas y curar heridas, están relacionadas con la alimentación. Por supuesto, de esta dieta hay que reducir al máximo el alcohol.

A partir de cierta edad hay que tener mucho cuidado en la práctica deportiva.

No todos los deportistas tendrán la misma alimentación, pero en general hay que tener una alimentación equilibrada. Una dieta de 12-15% de proteínas, 23-30% de lípidos y 55-60% de glúcidos es la más adecuada para el deportista. Las principales fuentes de proteínas son la carne, el pescado, la leche, el gas y la soja. Los lípidos son la principal fuente de energía para los deportes de subsistencia. Los lípidos pueden ser de origen animal (mantequilla, algunos peces, huevos, gasnas, charcutería) o vegetal (aceites, aceitunas...).

Los glúcidos (azúcares) son la principal fuente de energía para esfuerzos elevados. Se distinguen dos tipos de glúcidos: los simples, que se encuentran en frutos, verduras y caramelos, y los complejos glúcidos, que se encuentran en cereales, patatas y legumbres. Es preferible comer cereales integrales porque tienen más fibra y son ricos en vitaminas del grupo B.

Cuidar la bebida

Pero comer no es suficiente, hay que beber. Un esfuerzo físico intenso durante una hora puede llegar a perder tres cuartas partes de la cantidad de agua que tiene el cuerpo. Contiene sales minerales (principalmente sodio y potasio) y glúcidos. Si hacemos deporte a medida, para recuperar las fuerzas perdidas, basta con beber agua y comer algo. Pero desde los años 60 los deportistas empedernidos tienen otros productos maravillosos para recuperar sus fuerzas: las llamadas bebidas energéticas.

Estas bebidas contienen, además de agua, otras sales minerales, más vitaminas, ácidos poliméricos complejos y aminoácidos. A pesar del intenso debate sobre si la alimentación es equilibrada y mejor que el agua, su consumo ha aumentado espectacularmente. Según un nuevo estudio de mercado, se pueden encontrar bebidas energéticas de más de 30 sabores. El sector de las bebidas de deportistas es el que más ha crecido en la industria de bebidas con gas y consume regularmente un tercio de los adultos estadounidenses. Los reyes del marketing tienen además un argumento a su favor. Los estudios demuestran que el consumo de estas bebidas es beneficioso si se practica deporte durante más de una hora.

Publicado en 7K.

Gai honi buruzko eduki gehiago

Elhuyarrek garatutako teknologia