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Década del cerebro

1990/10/01 Agirre, Jabier - Medikua eta OEEko kidea Iturria: Elhuyar aldizkaria

Científicos, educadores, personas y organizaciones del sistema sanitario se comprometen a aunar sus fuerzas en la lucha contra los trastornos cerebrales.
La década de los ochenta y medio ha sido considerada en los EEUU como una década del cerebro.

El 25 de julio de 1989 el presidente de USA, George Bush, firmó una declaración en la Casa Blanca, a petición del Congreso de los Estados Unidos, considerando la década de los ochenta como una década del cerebro. Mediante este Decreto, los EEUU asumen un compromiso, dando prioridad absoluta a la investigación en neurociencias. Científicos, educadores, personas y organizaciones del sistema sanitario se comprometen a aunar sus fuerzas en la lucha contra los trastornos cerebrales aprovechando las ventajas que ofrecen los desarrollos técnicos y terapéuticos en esta rama de la medicina.

Más de 50 millones anuales de problemas neurológicos, cerebrovasculares, enfermedades degenerativas del SNC, drogadicción, traumatismos craneales o americanos con problemas relacionados con neurotóxicos ambientales. Los costes económicos de estos trastornos superan los 300.000 millones de dólares anuales en EEUU. La implantación de la década que comenzó el 1 de enero de 1990 como una década cerebral se debe fundamentalmente a tres razones:

  1. Necesidad de profundizar en nuestros conocimientos sobre la estructura y funcionamiento del cerebro humano, la máquina más perfecta jamás creada.
  2. El impacto generado por los últimos 20 años en la investigación en neurociencias, la riqueza de conocimientos adquiridos en los últimos años y la fertilidad de este campo (hasta el punto de que en los últimos 25 años 15 neurocientíficos han ganado el Premio Nobel de Medicina y Fisiología).
  3. Constatar que hoy en día la última barrera de la medicina son enfermedades degenerativas del sistema nervioso central en los países industrializados.
En los países industrializados, las enfermedades degenerativas del sistema nervioso central son la última barrera de la medicina.

Tras los grandes logros en el conocimiento y tratamiento del cáncer y de los trastornos cardiovasculares y los espectaculares avances científicos, las enfermedades degenerativas del SNC constituyen en la actualidad el principal objetivo de la investigación biomédica. En los últimos años se han logrado grandes avances en los dos principales grupos (cáncer y enfermedades cardiovasculares) que eran las principales causas de enfermedad y muerte para los seres humanos. Muchos de estos avances se han conseguido gracias a la investigación biomédica y otros se han conseguido gracias a medidas puramente higiénicas o dietéticas (control de la presión arterial, cambio de hábitos dietéticos, aumento de la actividad física) o mediante la prevención del tabaco.

Así, XX. Tras el descenso de las enfermedades infecciosas a mediados del siglo XX y la reducción significativa de la patología asociada a las enfermedades cardiovasculares y el cáncer (la frecuencia de las enfermedades cardiovasculares ha disminuido casi a la mitad entre 1960 y 1980), la esperanza de vida ha aumentado considerablemente en las naciones industrializadas. Pero hoy en día tenemos el nuevo reto: la enfermedad más degenerativa del sistema nervioso, que en la tercera edad es la principal causa de invalidez o muerte.

La declaración del Congreso de los Estados Unidos supone un incremento del 100% en la práctica de la próxima década de las cantidades destinadas a investigación. La cifra anual es de 800.000 millones de dólares para investigar en neurociencias, una cifra enorme que permitirá financiar el 60% de los proyectos de investigación en lugar del 10% actual.

Más de 50 millones anuales de problemas neurológicos, cerebrovasculares, enfermedades degenerativas del SNC, drogadicción, traumatismos craneales o norteamericanos con problemas relacionados con neurotóxicos ambientales.

El desarrollo de las neurociencias en los próximos años y la previsión de posibles descubrimientos para la próxima década son:

  • Hace apenas 10 años eran conocidos neurotransmisores cerebrales. En este momento se han identificado más de 40 sustancias capaces de canalizar la comunicación entre las neuronas. Esperamos conocer mejor cómo se intercomunican estos neurotransmisores en los próximos años, cuál es la consecuencia final de los diferentes desequilibrios y cómo estos conocimientos pueden utilizarse en el tratamiento de enfermedades como la enfermedad de Parkinson, la epilepsia, la corea de Huntington o la enfermedad de Alzheimer.
  • Hace 10 años no hicimos más que empezar a utilizar la tecnología del ADN recombinante. En la actualidad se han identificado los marcadores de enfermedades genéticas (corea de Huntington, distonía de Alzheimer, etc. ). Esperamos tener un mapa más completo de los genes anormales de las enfermedades neurológicas en la próxima década, a la vez que mejoramos o curamos algunos de estos trastornos (¿por qué no?) estamos en condiciones de pensar que van a empezar a introducir y a utilizar sus técnicas de terapia génica.
  • Hace 10 años pensábamos que era imposible sustituir o reparar neuronas lesionadas por traumatismos o enfermedades. Hoy en día sabemos que las neuronas se pueden producir y que al menos pueden ser trasplantadas en algunos animales y después volver a transmitir impulsos. En los próximos años creemos que tenemos mucho que aprender sobre los factores neurotróficos, las sustancias que hacen crecer, diferenciarse y encontrar nuevas conexiones a las neuronas. Estos conocimientos pueden resultar de gran utilidad en el tratamiento de muchas enfermedades del sistema nervioso central, por ejemplo. Enfermedad de Parkinson, traumatismos de la médula espinal, problemas vasculares cerebrales, etc.
  • Hace 10 años, los médicos y neurólogos, además de diagnosticar y consolar ante una enfermedad degenerativa del sistema nervioso central, podían hacer poco. En la actualidad se han ampliado las posibilidades de nuestro diagnóstico. Nuevas formas de tratamiento en los próximos 10 años (por ejemplo, trasplantes o prótesis neurológicas) pueden reportar grandes beneficios.
Las enfermedades degenerativas del sistema nervioso son las principales causas de invalidez o muerte en la tercera edad.

En este momento, la situación de la ciencia es totalmente internacional e imposible (y por otro lado inútil) pensar en localismos. No cabe duda de que la declaración del Congreso USA (relativa a la década del cerebro de los próximos 10 años) y el esfuerzo investigador que ello va a generar tendrá una repercusión mundial. Las consecuencias de este esfuerzo también se van a notar entre nosotros.

Por ello es necesario que las personas, pacientes y familiares, el personal sanitario y de investigación, organismos oficiales, grupos públicos y privados, que estén dispuestos a investigar, sepan aprovechar los resultados de este esfuerzo en beneficio de la sociedad y de nuestros pacientes.

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