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Química violenta de la audición

2002/05/03 Carton Virto, Eider - Elhuyar Zientzia

Para escuchar, las ondas sonoras mecánicas deben convertirse en señales eléctricas en el oído. Oímos cuando las señales eléctricas llegan al cerebro, pero no se conoce exactamente cómo se produce la conversión.

Los investigadores de la Escuela de Medicina, Johns Hopkins, han estudiado las células pequeñas del oído interno de los ratones para explicar cómo se produce la evolución de las ondas/señales eléctricas. Hasta el momento, algunas células del oído interno sabían que al detectar la onda sonora se producía una fuga de compuestos químicos, pero las características de la fuga no estaban muy claras.

En el ratón han visto que la fuga se produce por células diminutas en forma de pelo y que la fuga se dirige hacia el nervio que hay al lado. A estas células se les llama “células del pelo” porque son como un pelo erguido. El descubrimiento ha sorprendido a los investigadores, que consideraban que estas células eran capaces de producir derrames tan violentos. Hasta ahora se pensaba que las células sólo emitían transmisores una vez, no de forma continua.

Los investigadores creen que las células consiguen un mejor control de las señales emitidas gracias a una fluencia continua, ya que deben indicar con precisión los cambios de intensidad y frecuencia del sonido. Además, debido a que los nervios necesitan una cantidad mínima de compuestos químicos para emitir la señal al cerebro, se considera que el éxito de la operación se garantiza mediante una intensa y continua escorrentía.

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