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La larga vida de las tortugas gigantes

2004/07/25 Rementeria Argote, Nagore - Elhuyar Zientziaren Komunikazioa

Las tortugas galápagos son conocidas, entre otras cosas, porque Darwin las tuvo en cuenta para escribir la teoría de la evolución. En la actualidad se encuentran protegidas, pero han sufrido numerosas vicisitudes y algunas subespecies están en peligro de extinción definitiva.

En Galápagos hay 15 subespecies de tortugas gigantes ( Geochelone nigra ).

Si se quieren ver estas tortugas gigantes en su residencia de origen, hay que hacer un largo viaje: Islas Galápagos. En el Pacífico, a unos 1.000 kilómetros de Ecuador, el archipiélago de las Galápagos está formado por 18 islas.

Muchos de los animales y plantas que habitan estas islas son endémicos, como la iguana marina, el cormorán que no vuela y, cómo no, la tortuga. No es de extrañar, por tanto, que Charles Darwin quedara fascinado por lo que encontró allí. Fue en 1835 en las islas Darwin Galapago y descubrió especies y subespecies nunca vistas, y escribió la teoría de la evolución estudiando sus relaciones.

Al regresar a Inglaterra, Darwin lleva en el barco Beagle tres tortugas. No se trataba de tortugas maduras, ya que éstas suelen superar los cien kilos, según el propio Darwin, “a medida de un plato”. Pues parece que una de estas tres tortugas aún vive, está en un zoo australiano, que según los expertos han calculado tiene 174 años.

Las islas de galápagos son volcánicas y muy secas, a las que están adaptadas las tortugas gigantes.

Once incidencias

Harriet, así se llama esa tortuga, ha tenido una larga y azarosa vida: Tras varios años en Inglaterra, fue trasladado a Australia, donde ha vivido en más de un parque, museo y zoo.

Sin embargo, los desplazamientos realizados por Harriet son bastante habituales en estas tortugas, ya que viven más de mil ejemplares fuera de las islas Galápagos, parques, zoos, etc. Al mismo tiempo, en las propias islas cada vez son menos esas tortugas gigantes y hay subespecies en peligro de extinción.

Se puede pensar que en los últimos años la situación ha empeorado, pero la disminución más notable de la población de tortugas es el XVI. Comenzó en el siglo XX. Las islas fueron descubiertas en 1535, y desde entonces muchos barcos se acercaron a abastecer de comida y agua. Y las tortugas eran una gran fuente de carne para los marineros.

Las cabra y el resto de los animales domésticos llevados por el hombre a las islas tampoco se beneficiaron de las tortugas. Los perros y gatos, por ejemplo, comen huevos de tortuga y matan a los ejemplares más jóvenes. Además, las tortugas en general tienen que competir con animales herbívoros para alimentarse.

George 'solitario'

Las tortugas gigantes son herbívoras.

Las tortugas se han ido despejando y sólo ha quedado en su subespecie. George 'solitario' es una tortuga macho perteneciente a la subespecie de la isla de Pinta y actualmente no se conoce ninguna otra tortuga de esta isla. La situación de George ha generado dudas y debates éticos. Hay expertos que creen que hay que reproducirse a toda costa y otros que esperan a encontrar una hembra de la misma subespecie.

Y ahí está el pobre George, en medio del debate, cansado y triste. Sus cuidadores están preocupados, por supuesto, pero lo que realmente les preocupa es que George no tiene interés por el sexo. Y esto no es algo habitual para una tortuga macho, ya que cuando tienen ganas de sexo no suelen ser muy exigentes para elegir pareja; si se trata de una piedra circular de cierta envergadura o de una tortuga muerta, se lanzan de la misma manera.

Con el objetivo de encender la libido de George, le trajeron dos esbeltas tortugas, ¡pero tampoco! George ignora las hembras. Por ello, desde hace unos años buscan una hembra de tortuga en la isla de Pinta y se dedican a realizar estudios de ADN de las tortugas de Galápagos, repartidas por todo el mundo, pensando que en algún zoo o parque puede haber algún subespecie de George.

Las tortugas gigantes de Galápagos pueden vivir más de 150 años.

De hecho, se cree que una hembra de la misma subespecie puede excitarse más fácilmente. Y si George consiguiera cubrir y reproducir a la hembra, se lograría que la subespecie de Pinta no desapareciera. Los investigadores sueñan con restaurar el ecosistema original de la isla de Pinta, para lo que es necesario crear una colonia de tortugas de su subespecie. Y la única opción para ello es por el momento reproducirse con una tortuga de George Pinta.

Sin embargo, los cuidadores de George no tienen ninguna prisa. Todavía es joven, tiene sólo cien años, por lo que todavía queda tiempo para decidir si es necesario violar la reproducción. En caso afirmativo, habría que optar por la tortuga hembra genéticamente más parecida y utilizar métodos de reproducción artificiales si fuera necesario.

El caso de George es extremo, pero en muchas subespecies de otras islas sólo quedan unos pocos ejemplares. Así está el estado de las tortugas en Galápagos. Son muchas las tortugas que han vivido a lo largo de su larga vida y que han sufrido miles de accidentes y desplazamientos desde que el hombre llegó a estas islas. En la actualidad, los residentes en las propias islas Galápagos están protegidos y tratan de trasladar las tortugas trasladadas a otros territorios a su lugar de origen.

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