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La astronomía, guía de civilizaciones antiguas

2001/10/21 Mendiburu, Joana - Elhuyar Zientziaren Komunikazioa

Las antiguas civilizaciones, para el disfrute de nuestros ojos, han dejado numerosos monumentos históricos. Todos ellos, además de sorprendentes y únicos en solidez, tienen una orientación astronómica precisa. Y para saber cómo consiguieron un nivel de precisión que nos sorprende, los investigadores actuales han tenido que ponernos al cielo.

Las riquezas de las civilizaciones egipcias atraen a tantos investigadores como turistas. Y es que, además de ser un refugio de tesoros, desde el punto de vista arquitectónico, son asombrosos. Por un lado, porque han mantenido las condiciones meteorológicas y agresiones de todo tipo durante tantos años, y por otro, porque tienen una orientación muy concreta y sorprendente. De hecho, las pirámides egipcias están dirigidas a cuatro puntos cardinales con una precisión excepcional.

Pero IV. los reyes Keops, Kefren y Mikerinos de la dinastía, ¿cómo tienen una orientación tan precisa la pirámide de Gizeh prometida construir hace unos 4.500 años? En respuesta a esta pregunta, XIX. Desde el siglo XIX, varios investigadores se han puesto al cielo y se han impuesto dos ideas. Por un lado, que la observación solar contribuyó a marcar la orientación y, por otro, que la astronomía era uno de los pilares de la arquitectura. Esta última puede ser la teoría más directa, pero a la hora de determinar qué estrellas se basaron todavía en la trayectoria, predomina el desacuerdo.

No es cierto que para construir las pirámides se basaron en la trayectoria del Sol.

En 1931 el experto Zinner y en 1948 Chateley afirmaron que los egipcios se basaron en la observación del Sol para orientar las pirámides. Para ambos, los egipcios se basaron en la sombra más corta del mediodía para determinar la dirección norte-sur. Mucho más tarde, el investigador Gallo dijo que se aprovecharon de la trayectoria del Sol para definir esta dirección. En su opinión, para diseñar la dirección norte-sur utilizaban la bisectriz del ángulo formado por los puntos de entrada y salida del Sol. Sin embargo, a pesar de que el Sol daba indicaciones útiles, parece que con estas observaciones era imposible orientarse tan bien. Por eso, XIX. En el siglo XIX el experto Piazzi Smyth y las últimas teorías actuales aseguran que el secreto está en la astronomía.

Conocimiento excepcional de astronomía

Las antiguas civilizaciones no construían los edificios de cualquier manera y, al parecer, una de las bases de la arquitectura era la astronomía. Tenían un nivel de conocimiento que nos sorprendía. Pero, ¿cómo es posible obtener un resultado tan preciso sin los instrumentos actuales? La única respuesta es que cada día, o mejor dicho, de la noche a la noche, pasando las horas mirando al cielo, pero no para soñar, sino para analizar el recorrido de una o varias estrellas.

Según las últimas teorías, el conocimiento de la astronomía ayudó a orientar correctamente las pirámides.

XIX. Desde el siglo XIX se han expuesto teorías basadas en el recorrido de varias estrellas para explicar la alineación de las pirámides. Aunque todos eran creíbles, el más reciente cubría el resto, por lo que no parece que fueran del todo correctos.

Una de las últimas teorías fue publicada en la revista Nature el año pasado por Kate Spencen, experta en cultura egipcia. La principal aportación de esta teoría fue decir que se basaban en un par de estrellas en lugar de en el recorrido de una sola estrella para conseguir una alineación exacta. Para Kate Spence, la línea recta entre las estrellas Kochab y Mizar, situadas a ambos lados del polo, en un momento dado, pasó por el polo, lo que permitió una alineación exacta de las pirámides. En opinión de este investigador, ese momento concreto es el d. C. Se sitúa hacia el año 2478, por lo que la gran pirámide del rey Keops comenzó a construirse en esa época. Aunque esto sea posible, conviene recordar que con las fechas que hasta ahora se consideraban seguras hay 80 años de diferencia, lo que ha descreído la teoría.

Teoría final

Las dos estrellas más brillantes de la Osa Mayor consiguieron alinear las pirámides.

La teoría que el investigador del Instituto de Astrofísica de Canarias, Juan Antonio Belmonte, acaba de publicar en la revista Journal for the History of Astronomy, va en la misma línea, pero abarca a otras estrellas. Según él, los egipcios lograron determinar los cuatro puntos cardinales mirando a las estrellas Phecda y Megrez. Estas dos estrellas son las dos estrellas más brillantes de la constelación, hoy conocida como el carro de la Osa Mayor. Y la línea recta que une estas dos estrellas, al igual que señala la actual estrella polar, en aquella época tenía la misma validez. Es decir, la línea que pasaba por las estrellas Phecda y Megrez señalaba directamente a Thuban, la estrella norte de entonces.

Sin embargo, la idea de esta teoría no es nueva. En 1952, Pola sugirió al experto, pero sin dar explicaciones matemáticas. En esta ocasión, Juan Antonio Belmonte ha dado una larga explicación con fundamentos matemáticos. Además, a diferencia de la teoría de Kate Spenc, la nueva teoría no plantea ningún problema cronológico. Y es que, según esta nueva teoría, la mayor precisión la encontramos en C. Se obtuvo en el año 2562, por lo que la gran pirámide comenzó a construirse alrededor de ese año. Introducción al reinado de Keops Al situarse entre 2589 y 2551, esta fecha coincide con los cálculos anteriores. Por último, la teoría de Belmonte, además de explicaciones matemáticas, explica muchas historias basadas en la mitología y en las costumbres de los egipcios. Con toda esta información se han abierto nuevas puertas para saber cómo entendían los egipcios el cosmos. ¡El que está pensando en investigar no tendrá nada que ver!

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