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Nueva opción para antibióticos

2004/12/20 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia

Estamos en plena era del resfriado y la gripe, en tiempos de los pañuelos y pañuelos cervicales. Más de uno tendrá que visitar al médico, a ver si le da algo de raya y, en muchos casos, sólo recibirá paliativos y buenos consejos. ¿Antibióticos? A veces sí, pero la mayoría no, porque el origen de la enfermedad no es una bacteria, sino un virus. Y entonces son inútiles los antibióticos.
Algunos antibióticos pierden efectividad al convertirse las bacterias en resistentes.

Sólo cuando se necesitan antibióticos, los médicos buscan que las bacterias no sean resistentes. Si las bacterias desarrollan resistencia, se acabó. ¡El medicamento no sirve para nada y tiene que buscar otra fórmula! Las resistencias son un grave problema en la medicina actual. Sin embargo, parece que está en vías de solución.

De hecho, en la Universidad de Illinois han descubierto una molécula capaz de eliminar la parte del ADN que hace resistentes a las bacterias. Por tanto, con la utilización de la molécula, la bacteria pierde su protección frente al medicamento y el medicamento recupera su eficacia.

Las bacterias logran la resistencia mediante diferentes mecanismos. A veces mutan el lugar de destino del fármaco, de manera que el medicamento no tiene dónde amarrarlo o pegarlo y pierde eficacia. En otras ocasiones, la bacteria produce un gen que neutraliza el medicamento.

Los genes resistentes trabajan fuera del genoma bacteriano. Este grupo de genes se concentra en un espiral llamado plásmido, y el plásmido se transmite fácilmente de una bacteria a otra. Además, la resistencia que proporciona el plásmido no es exclusiva del medicamento, sino que las bacterias que lo contienen se convierten en resistentes a otros medicamentos como éste.

Molécula que elimina la resistencia

Hay que tener muy en cuenta las indicaciones del médico a la hora de tomar la medicación.

Por lo tanto, si se consigue eliminar este plásmido, la bacteria es retrospectivamente sensible al fármaco y el medicamento no tiene inconveniente para su trabajo ni para curar la enfermedad. Es lo que los investigadores han buscado y, finalmente, han conseguido resultados esperanzadores en la Universidad de Illinois.

Los investigadores han utilizado una molécula para eliminar el plasmido de la bacteria. La molécula se llama apramicina y actúa sobre la replicación del plásmido. Esto hace que el plásmido se convierta en un extraño para la bacteria y ésta no lo acepte y lo expulse. Entonces, la bacteria queda desprotegida del medicamento y el medicamento recupera su eficacia.

Como ocurre a menudo, aquí hay un "pero": la molécula de apramicina es bastante tóxica y no se puede utilizar en medicina. No obstante, la investigación es muy útil, ya que los investigadores han descubierto el mecanismo de eliminación del plásmido y ahora saben por dónde continuar.

Retrospectiva

Como siempre, lo mejor es prevenir la enfermedad.

Mientras los investigadores encuentran la molécula adecuada, los pacientes deben seguir tomando los antibióticos con responsabilidad, de lo contrario se generarán más resistencias. En parte, el problema se debe al uso inadecuado de antibióticos.

El antibiótico más conocido es la penicilina. Penicilium deriva del hongo notatum y fue descubierto aleatoriamente por Flemming en 1928. Este descubrimiento se ha convertido en casi un mito. Son muchas las historias que se narran, pero lo cierto es que este antibiótico que Fleming descubrió y aprendió a usar a otros durante décadas salvó muchas vidas. La penicilina fue la causa de la invasión de enfermedades antes incurables y mortales (gonococia, meningitis...).

Cómo evitar la generación de resistencia

Sin embargo, las bacterias que con el tiempo destruían completamente las penicilinas se han vuelto resistentes. En consecuencia, la penicilina no es tan efectiva ni mucho menos. Lo mismo ha ocurrido con otros muchos antibióticos. ¿Por qué?

La Universidad de Illinois descubre una molécula que deja a la bacteria sin protección.

A veces por tomar antibióticos cuando no se necesitan, por ejemplo para curar enfermedades provocadas por virus, automedicación... Otras veces, cuando los síntomas desaparecen, se deja de tomar el antibiótico, pero todavía hay bacterias y se les da la posibilidad de resistir si antes del tratamiento se deja de tomar el antibiótico. En los hospitales, por el contrario, se genera resistencia al contacto continuo de las bacterias con los medicamentos, convirtiéndose finalmente en resistentes.

Para evitarlos, los médicos aconsejan, entre otras cosas, tomar antibióticos como prescriben y no automedicarse. Asimismo, en la farmacia no se pueden comprar antibióticos sin receta y en los hospitales también se toman medidas especiales contra las bacterias. Por otro lado, se realizan estrictos controles para evitar que los restos de antibióticos utilizados en los animales lleguen al ser humano a través de los alimentos. A ver si con todas estas medidas y con los nuevos descubrimientos se pone en vías de solucionar el problema de las resistencias.

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