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En la era de la velocidad a la velocidad de los caracoles

2008/07/15 Lakar Iraizoz, Oihane - Elhuyar Zientzia

Vivimos en la era de la velocidad, no hay duda. Rápidamente queremos resultados, queremos hacer o conseguir el mayor número de cosas en el menor tiempo posible. Es el caso del correo electrónico. Transmite inmediatamente los mensajes y documentos a transmitir, incluso si los enviamos al otro extremo del mundo. De ahí su éxito en nuestra sociedad.
Vivimos en la era de la velocidad, no hay duda.

La tecnología, cada vez más desarrollada, nos impulsa a vivir contra el reloj. Pues bien, la Universidad Bournemouth del Reino Unido ha puesto en marcha un proyecto denominado slow art o arte lento para fomentar que la gente tome tiempo para ver cómo funciona la tecnología. Entre otras cosas, han creado un sistema para enviar correos electrónicos a la velocidad de los caracoles: Le han llamado Real Snail Mail, Correo Caracol Real. Se presentará oficialmente en agosto en un congreso y exposición internacional sobre infografía y técnicas interactivas en Los Ángeles. Sin embargo, ya está disponible en la web creada para ello.

Eso sí, el usuario tendrá que llenar los bolsillos con paciencia, ya que el correo electrónico, en vez de llegar de repente, necesitará días, semanas o meses. Como su propio nombre indica, son unos auténticos caracoles los encargados de hacer llegar los correos electrónicos enviados por esta vía a su destino, los caracoles Muriel, Austin y Cecil.

Postarias’

Colocan un chip a cada uno de los caracoles para que los mensajes sigan el camino habitual.

Estos caracoles se encuentran en un contenedor situado en el centro de la vía a la que se dirigen los correos electrónicos. Por lo tanto, este correo electrónico especial, en lugar de hacer el camino habitual, hace un corte en el contenedor de caracoles.

El trabajo de los caracoles consiste en que el mensaje supere esa pausa para poder retomar el camino normal. Para ello han colocado un chip a los caracoles. Los chips intercambian información con los lectores electrónicos de la zona. La única condición es que el chip y el lector deben estar muy cerca. Por lo tanto, los caracoles podrán llegar los mensajes antes o después.

El slow food es uno de los movimientos que se han creado para hacer frente a la vida rápida que hoy en día reina G aur. El símbolo de este movimiento es, por supuesto, el caracol.

En primer lugar, un caracol debe acercarse al lector eléctrico que ha quedado imposibilitado de avanzar, ya que es el lector el que tiene el mensaje. Por supuesto, los caracoles no saben eso, así que el mensaje debe esperar hasta que llegue al azar. Una vez aproximado, la señal pasa del lector al chip del caracol.

El mensaje debería haber recorrido la mitad del camino a recorrer. En el siguiente paso, el caracol debe acercarse al lector que recogerá la información que lleva en el chip, de nuevo al azar. Una vez llegados, sí, pasaría el mensaje que tiene en el cuerpo al lector y volvería a la ruta normal hasta llegar a la dirección correspondiente.

Objetivo, una vida tranquila

Como se ha dicho, este sistema de simbología forma parte del proyecto slow art. No es el único movimiento, ni el primero, que se ha creado para hacer frente a la rápida vida que hoy en día reina. La primera fue creada en 1986, denominada slow food, porque querían promover lo contrario de la idea que impulsa la comida rápida (o del inglés fast food). Desde entonces han salido muchos movimientos con prefijos slow life (estilo de vida lento) y slow city (ciudades que no superan los 20 km/h, con muchas zonas verdes para pasear, sin publicidad, etc.). ¿Adivinas cuál es el símbolo de estos movimientos? ¿Qué caracol?

Publicado en Deia

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