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Informativo de las estrellas Sidereus nuncius
2010/04/01
Roa Zubia, Guillermo - Elhuyar Zientzia
Iturria:
Elhuyar aldizkaria
La luna no es perfecta. El primero en darse cuenta fue Galileo Galilei. Y a través del libro Sidereus nuncius trató de divulgar esta noticia. Por eso, para muchos fue el primer libro divulgativo de la historia de la ciencia. Ahora se exhibe en el Planetario de Pamplona un ejemplar de la primera edición de este Sidereus nuncius, una exposición en la que se pueden ver otros objetos de Galileo. Junto a esta exposición se han presentado diversas traducciones del libro, entre ellas la traducida al euskera a través de la Fundación Elhuyar.
Informativo de las estrellas Sidereus nuncius
01/04/2010 | Roa Zubia, Guillermo | Elhuyar Zientzia Komunikazioa
(Foto: Planetario de Pamplona)
"Para ser un libro de divulgación perfecto solo falta que no sea en latín", afirma Ramón Núñez, comisario de la exposición que muestra un ejemplar de la edición original del Sidereus nuncius. "Escribió todos los demás libros en el idioma del pueblo, en el que puede considerarse italiano de aquella época".
Sea perfecto o no, es un libro valiente. Galileo revela las primeras sorpresas en la observación con telescopio. Nos habla de las montañas de la Luna, de muchas estrellas que no se ven a simple vista y, para terminar, de cuatro satélites de Júpiter. "Da una noticia muy importante", dice Núñez. "Esta es la noticia del universo. A principios del siglo XX teníamos una idea de Aristóteles incorrecta".
De hecho, el libro era un conjunto de notas de investigación. "Galileo pasaba seis horas al día mirando desde la gafas y al finalizar anotaba lo visto. Comenzó en noviembre de 1609 y finalizó su trabajo para el 2 de marzo. Entre tanto, tomó un descanso de 16 días, es decir, que el cielo estaba nublado y no podía ver nada", dice Ibon Plazaola. Ha realizado la traducción al euskera por encargo de la Fundación Elhuyar, y conoce perfectamente la historia de la época.
Galileo recogió este trabajo y lo publicó en un informativo estelar (un sidereus nuncius). Sin embargo, el título del libro no es sólo esas dos palabras. Siguiendo la costumbre de la época, el título define el autor, su contenido y su memoria. Este último detalle es muy importante. Y es que, con el libro preparado para su publicación, el propio Galileo no sabía en su honor: En homenaje al duque Cosme II de la familia Medici o a toda la familia. "El libro empezó a imprimirse dejando el título para después y pidió consejo", dice Núñez. "Finalmente decidió llamar los astros Medicitar a los satélites de Júpiter, creyendo que el nombre era más apropiado, y imprimió todo el libro". Sin embargo, la historia ha cubierto el nombre de Medici, que nosotros llamamos satélites galileanos.
Ibon Plazaola: "El latín de Galileo no es nada retórico"
Por encargo de la Fundación Elhuyar, Ibon Plazaola ha traducido al euskera el libro Sidereus nuncius, en directo desde el latín. La traducción ha sido presentada en el Congreso de Comunicación Científica de Pamplona.
Decimos que es un libro histórico. Todos los libros son históricos.
Sí. No hay que entender la palabra histórica como un corsé. Es histórico porque el libro fue importante. En este libro Galileo dio a conocer varias observaciones realizadas gracias a un nuevo artilugio o a un supuesto nuevo.
Telescopio...
Lo llamamos telescopio, pero Galileo todavía no sabía que aquello que tenía era un telescopio, ya que la palabra telescopio fue inventada poco después. Eso es muy curioso, cuando estaba traduciendo el texto me ha dado uno de los mayores dolores de cabeza: cómo dar en euskera la palabra que utiliza, porque no se podía utilizar la palabra telescopio (es anacronismo).
Tu opción ha sido una gafas.
Traductor de Ibon Plazaola Bakun. Ed. : Ainhoa Iribar.
Sí. Él también lo usa en latín: perspiculum. Así lo traducen las lenguas de alrededor: lunette en francés, anteojo en castellano, spyglasses en inglés,... Y en euskera también lo necesitaba. Los nombres de los satélites de Júpiter --Ganímedes, Io, Europa y Calisto - también son posteriores. Galileo les dijo el astro Medicitar.
XVII. ¿El latín del siglo XX es igual al actual?
No, es evidente, no son iguales. La lengua es muerta, así lo dicen. Hoy en día, si no me equivoco, los únicos capaces de hablar bien en latín son los que condenaron a Galileo, los cardenales del Vaticano, etc. Por lo tanto, actualmente, cuando se estudia latín o griego clásico, se aprende latín o griego en los textos. XVII. Al latín del siglo XX se le llama neolatina, donde hubo diversas adaptaciones morfosintácticas, etc. Entonces, es otro latín dentro del latín; el latín que utilizaban Galileo no es en absoluto lo que yo sé. Pero yo soy capaz de comprender y traducir ese latín.
¿Es un texto difícil?
Son frases largas y retóricas. Sin embargo, el estilo de Galileo es muy claro y diafano. Su latín no es nada retórico. Usa un latín muy elegante, pero no es nada “alambrado”.
¿Cómo surge la oportunidad de traducir este importante libro?
La verdad es que la mayor parte de las cosas se producen, incluso las más felices. Yo empecé esta traducción porque nos hicieron un encargo. Yo trabajo en la empresa de traducción Bakun y a la empresa de traducción la Fundación Elhuyar le preguntó si había algún "loco" capaz de traducir del latín al euskera, y en la empresa Bakun había un loco: yo mismo. Y conocía la obra de Galileo y la época. Aprecio mucho la época y el latín de la época. Así ocurrieron las cosas. Y lo he hecho muy a gusto.
Puente Roa, Guillermo
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