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¿Cómo serán los esquís del futuro?

2003/03/09 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia

¡Eso es una faja! La parte superior y la inferior son bastante más anchas. Tengo que confesarlo: cada vez me gustan más cosas así. Y es que con ellos me llevo mejor, controlo más fácilmente y, sobre todo, me permiten aumentar la velocidad, ya que al girar lo sustentan mejor. Y, según los científicos, en el futuro tendrán aún más angustia. ¡Disfrutad!... Oye, no me llames machista porque estoy hablando de esquís.
Existen esquís específicos para cada modalidad.

En los últimos años el aspecto de los esquís ha cambiado considerablemente. En comparación con los esquís de hace pocos años, los esquís actuales de diferentes modalidades son más cortos y tienen una pala más ancha y una cintura más estrecha. Aunque los esquís del nuevo diseño han obligado a cambiar la técnica de esquí, los beneficios son evidentes.

Por ejemplo, al girar con los antiguos esquís largos y rectos, el giro se ralentizaba en un momento dado. En el caso de los esquís de cintura estrecha, las giras son más fáciles, limpias y estables. Además, para empezar a girar no es necesario hacer fuerza para doblar los esquís, por lo que se pierde menos fuerza. Sabiendo todo esto, no es de extrañar que los nuevos esquís tengan tan buena acogida y que los esquiadores se familiaricen tan rápido.

Evolución de los siglos

A pesar de que este cambio de aspecto ha supuesto una revolución, no es en absoluto el único cambio en la historia de los esquís. Los esquís se inventaron hace 2.500 años y han sufrido muy pocos cambios durante cientos de años. En un principio, los esquís se diseñaban para el transporte: en las zonas nevadas era muy costoso ir de un lado a otro a pie, y para facilitar el transporte utilizaban tablas largas atadas a las piernas. Estas tablas tenían el extremo hacia arriba y buscaban las maderas más adecuadas. Pero en ningún caso se diseñaban las cuestas para bajar lo antes posible.

Los esquís del nuevo diseño facilitan las giras.

Los concursos de esquí no comenzaron hasta 1767, en Escandinavia, por supuesto. En estas competiciones sólo participaban militares y en 1843 se disputó la primera carrera de esquí entre civiles. El deporte no se ha extendido muy rápidamente, sobre todo porque no se puede esquiar en cualquier lugar.

XIX. A mediados del siglo XX apareció en Telemark, Noruega, el precursor de la actual bajada de esquí. La ciudad dio nombre a un tipo de esquí, que eran largos y estrechos, curvados en el centro y cuyos extremos inicial y final eran más amplios que el centro. Gracias a ello, al hacer fuerza sobre el borde del esquí, el esquí giraba. Paralelamente, se inventó un nuevo sistema de amarre de esquís a los talones, lo que permitía controlar mucho mejor los movimientos de los esquís. XIX. A finales del siglo XX, Telemark se abría con esquís, y a finales del XX. En el siglo XIX también se utilizaban mucho.

Los cambios no sólo se detectan en los esquís, todo ha cambiado: ropa, botas...

Desde finales del siglo pasado los cambios han sido constantes. Primero se sustituyeron los esquís macizos de madera por esquís estratificados. Posteriormente, los esquís de hocico metálico, de base plástica, que intercalaban en forma de sándwich capas metálicas y de madera, de fibra de vidrio, con corazón de espuma, con sistema de reducción de temblor, y finalmente, los esquís cortos de cintura muy estrecha.

Botas también tienen importancia

Las botas tienen la misma importancia que los esquís en la forma de esquiar y, como los esquís, con el tiempo han cambiado mucho. El mayor cambio se ha producido en la forma de asociarse a los pedidos. Antes se unían a los esquís mediante cintas de cuero, pero luego se inventaron los oídos. De esta forma se consiguió que el enlace fuera mucho mejor y el esquiador podía controlar mejor que nunca los esquís. Después se empezaron a utilizar dos pares de botas, las exteriores más rígidas y las interiores más blandas. También aparecieron las primeras botas de plástico, se cambiaron los amarres, se inventaron las botas que se visten por detrás...

Con estos cambios se ha conseguido que la conexión entre el pie y el esquí sea correcta. Ahora basta con mover un poco el pie para que el esquí responda a este movimiento, por lo que hay que hacer mucha menos fuerza que antes. Asimismo, el esquiador debe utilizar la fuerza de otra manera: antes hacía la fuerza con la parte superior del cuerpo, luego con las caderas y la pelvis, más adelante con las piernas y las rodillas, y ahora los pies tienen protagonismo.

El diseño de las botas tiene importancia en el aspecto de los esquís.

Sin embargo, con las botas normales el tobillo está demasiado unido y los movimientos están limitados. Para superarlo han aparecido en el mercado unas nuevas botas. Estas botas son de plástico, pero tienen el plástico cortado en la parte delantera y han sido sustituidas por un material sintético flexible. Estas botas se visten y desisten con facilidad, no limitan el movimiento del tobillo y garantizan la estabilidad posterior y lateral.

¿Qué noticias en el futuro?

Los científicos han apostado por las guerras de esquí, cada vez más estrechas, que se irán acortando en el largo. Pero tendrán que enfrentarse a un problema, los esquís cortos vibran más. ¿Cómo lo solucionarán? La respuesta la sabremos en los próximos años. Mientras tanto, disfruta de los últimos días de la temporada de esquí y… ¡viva el corazón, el año que viene también vendrá el invierno!

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