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Tranquilo, no nos caen encima

1989/05/01 Urretabizkaia, Agustin Iturria: Elhuyar aldizkaria

A pesar de que mucha gente no se da cuenta, cada noche podemos admirar un espectáculo increíble en el cielo. Pero las cosas nos están poniendo cada vez más difíciles para ello: por un lado la contaminación lumínica en las ciudades y pueblos va creciendo y por otro lado, creo que la sociedad está perdiendo sensibilidad hacia la naturaleza y su belleza.
Si una noche nos quedamos mirando al cielo, entre otras cosas podemos ver estrellas, constelaciones formadas por ellas, planetas, satélites y estrellas fugaces. Mirándolos y comprendiendo algunos parámetros, seremos capaces de comprender la naturaleza y magnitud de nuestro universo.
Hoy también hablaremos de los planetas y de su observación.

Planetas: caminantes del cielo

La afición por el cielo no reúne a tanta gente, pero el placer de los aficionados es grande.

La posición relativa entre las estrellas no varía. Los antiguos seres humanos se dieron cuenta de la existencia de unos puntos luminosos que se movían entre las estrellas y se denominaron planetas. El significado de esta palabra es itinerante o “nómada”. Esta palabra describe bien la impresión de estos astros en los observadores. Los planetas se desplazan en el cielo, unas veces en una constelación y otras en otra constelación.

Desde tiempos inmemoriales se dieron cuenta de que los planetas nunca dejan las 12 constelaciones del zodiaco, es decir, su movimiento parece producirse a través de estas constelaciones. Los planetas no se alejan de la eclíptica. La Eclíptica es la línea imaginaria que dibuja el sol al cruzar el cielo (el lector debe recordar que el sol no atraviesa el cielo sino la tierra). Por lo tanto, ahora sabemos en qué lugar aproximado buscar los planetas en el cielo.

Fácil observación de los planetas

Cómo diferenciarse de las estrellas

Es muy fácil. Las estrellas parpadean y los planetas no. Las estrellas son puntos muy pequeños, donde su luminosidad, debido a la turbulencia atmosférica, se corta entre 10 y 20 veces por segundo. Por eso su luz parece vibrar. Las estrellas nos muestran directamente su luz, como el sol. Por el contrario, los planetas son pequeños discos que nos reflejan la luz del sol, y como su superficie está bastante cerca, cuando vemos su luz no parpadea.

Todos los planetas, cuando miramos con un telescopio, nos presentan un disco. Esto es debido a que millones de veces están más cerca de nosotros que las estrellas. Por otro lado, como hemos dicho antes, las estrellas nos muestran siempre la misma posición entre sí. Por el contrario, los planetas parecen atravesar el cielo más rápido que otros. Hay que dejar claro que en un solo día no nos daremos cuenta de ello. Tenemos que observarlos durante mucho tiempo para darse cuenta del movimiento de nuestros planetas.

Cómo distinguir cada planeta

Exploración nocturna del cielo del oficio de los sonámbulos.

Podemos ver 5 planetas a la vista, es decir, sin ningún instrumento: Artizar, Júpiter, Martitz, Mercurio, y Saturno. Artizar y Júpiter son muy brillantes. El primero es más luminoso que el segundo, conocido como “estrella del pastor”. Podemos verlo unos meses seguidos por la mañana, antes de salir el sol o por la tarde después de ponerse el sol. Artizar nunca se verá a medianoche porque está bastante cerca del sol. Es la más luminosa de los planetas y podemos decir que da sombra.

Júpiter no es tan brillante como Artizar, pero su brillo es mayor que el de la estrella más bonita. Muchas veces la vemos a medianoche porque su órbita alrededor del sol rodea la terrestre. Júpiter permanece un año en cada constelación del zodiaco, dando la vuelta al cielo durante 12 años. Si miramos con un prismático o telescopio, a su lado podemos ver pequeños puntos: son sus satélites. Tiene 12 y sólo 4 de ellos son auditivos.

Maritz se distingue inmediatamente por su color naranja. Podemos confundirnos con las estrellas Antares (plátano) o Aldebarán, que se encuentran junto a la eclíptica. Pero teniendo en cuenta lo que hemos dicho antes (cómo diferenciar las estrellas de los planetas) no podemos tener problemas. Su brillo es muy variable, a veces puede ser tan brillante como Júpiter y dentro de unos meses descubriremos que su brillo ha bajado mucho.

Saturno tiene un brillo más estable (naranja) que los planetas anteriores y una vez localizado en una constelación del zodiaco nos será fácil encontrarlo durante varios años, ya que su desplazamiento es muy lento. Dura dos años y medio en cada constelación del zodiaco. Así que en 30 años da la vuelta al cielo.

El descubrimiento de Mercurio será más difícil, ya que está muy cerca del sol. Por lo tanto, cerca del horizonte, debemos esforzarnos en los cielos luminosos, mirando un poco más a la derecha que el lugar donde sale el sol o un poco más a la izquierda que el lugar donde se pone el sol. Cada vez que es visible sólo se puede distinguir entre 4 y 5 días, ya que después se acerca al sol.

¿Cuándo podemos ver los planetas?

Júpiter y Martitz. Fotografías realizadas por Juan Carlos Casado, miembro del Departamento de Astronomía de la Sociedad de Ciencias Aranzadi en septiembre de 1988.

Si queremos localizar y analizar los planetas, es conveniente, al menos en las primeras observaciones, seguir las instrucciones que aparecen mensualmente en varias revistas. Casi todas estas publicaciones tienen un apartado en el que nos explican algo así: “¿Dónde se pueden buscar los planetas?”. Con esto seremos capaces de descubrir los planetas en el cielo.

Os voy a explicar cuándo podemos ver cada planeta en 1989 en las siguientes líneas:

  • MERCURIO: La
    última semana de abril y los primeros días de mayo una hora después de la puesta de sol en el noroeste. La
    última semana de junio, al noreste poco antes de la salida del sol. A mediados de octubre, al este, una hora antes de volver a salir el sol.
  • ARTIZAR:
    A finales de julio será visible al este. Al anochecer y hasta las navidades podremos verla cada tarde. La época más brillante la tendrá en noviembre. Es el punto más brillante que podemos ver al anochecer. Merece la pena perder un poco de tiempo con él.
  • MARTITZ : Durante todo
    el invierno y la primavera será visible al este. No será muy luminoso y atravesará las constelaciones de Tauro y Géminis hasta que no pueda verse en verano.
  • JÚPITER: Podemos
    verlo al este en la constelación de Taurus (como Martitz), el punto más luminoso hasta el mes de mayo. Tras julio vuelve a ser visible (Géminis). Primero lo veremos al amanecer, pero luego saldrá antes (2 horas al mes), con la posibilidad de verla toda la noche durante las navidades.
  • SATURNO:
    De febrero a diciembre podremos verla en la constelación de Sagitarius. En invierno en el suroeste lo veremos unas horas antes de la salida del sol. Después de media noche en primavera, durante toda la noche de verano y después de ponerse el sol en el sudeste en otoño.

Un fenómeno muy interesante es la aproximación entre planetas o algunas estrellas. Este fenómeno se llama conjunción. Hay que tener en cuenta que se trata de una aproximación relativa, entre ellas hay miles o millones de km.

Las conjunciones que se producirán este año son:

  • 12 de mayo: Martitz y Júpiter.
  • 3 de julio: Júpiter y Mercurio.
  • 17 de octubre: Venus y la estrella Antares.
  • 15 de noviembre: Artizar y Saturno.
  • 30 de diciembre: La estrella Martitz y Antares.

Estas fechas corresponden a la mayor aproximación. Teniendo en cuenta que el movimiento de los planetas es lento, una semana antes del día de la conjunción para un observador, los planetas tendrán la misma posición.

Dos o tres consejos de observación

Al menos en los primeros días es interesante trabajar con quien sabe, sobre todo porque lo aprendes antes.

Salir de la ciudad. Por ejemplo, puedes ir al monte. La punta de Aizkorri puede ser el lugar idóneo, ya que hay un refugio para dormir o no es un mal plan dormir contando estrellas fugaces sin refugio.

Si tienes prismáticos, llevarlos con ti te ayudará. Las más adecuadas son las que tienen una amplificación del 7x50.

Las observaciones suelen ser más agradables que en invierno, tanto por la temperatura como por la mayor frecuencia de aparición de los cielos limpios.

También puede ser apropiado llevar algún amigo. Si las nieblas entran no se puede observar y hay que pasar el tiempo en algo. O puede que haga demasiado frío...

Estoy seguro de que ahora vas a mirar al cielo un poco más que antes, pero no te quedes tranquilo, porque por mirar demasiado no nos caen encima...!

Dimensión de los planetas

La dimensión de los planetas no es fácil. Para ello realizaremos una comparación imaginaria. En nuestro modelo los planetas estarán alineados, pero si desarrollamos líneas que indican sus movimientos cubrirían un área de 107 hectáreas. En este modelo vamos a reducir mil millones el Sistema Solar.

Nuestro modelo es:

  • Sol: pelota de 14 cm de diámetro en el centro.
  • Mercurio: A 5,80 m un drenaje de plomo o perdigón de 0,5 mm.
  • Artizar: A 10,80 m un drenaje de 1,2 mm.
  • Tierra: A 15 m un drenaje de 1,3 mm. A 38 mm del suelo un grano de arena de 0,3 mm sería la Luna.
  • Martes: Drenaje 0,7 mm a 22,8 m
  • Júpiter: Canica 14 mm a 77,8 m
  • Saturno: Canal 11,5 mm a 142 m
  • Urano: Canal 5 mm a 217 m
  • Neptuno: Canica de 4,5 mm a 450 m
  • Plutón: Dren 0,5 mm a 740 m

Una vez visto esto, hay que decir que nuestro Sistema Solar no es más que un punto en el Universo. En nuestro modelo, por ejemplo, las distancias entre estrellas serían de km y miles de km. Así que cuando dirigimos una pequeña mirada hacia el cielo, nuestros ojos pueden ver lo que está ocurriendo a varios millones de kilómetros. ¿No es algo sorprendente?

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