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Sol, rey del verano

2000/07/16 Kortabarria Olabarria, Beñardo - Elhuyar Zientzia

Puede que ya estés de vacaciones, y si no estás seguro que estás esperando, cuándo llegarán las vacaciones. No es el cuello, pero me jugaría un café u otro todo el día que vas a pasar las vacaciones sin tener que golpear, que es el sueño y la elección de la mayoría. Y también es posible que pase horas y horas bajo el sol. Si tienes que estar así, tendrás que seguir los consejos habituales, si no, te quitarás. No voy a entrar en eso, aunque en las siguientes líneas hablemos del Sol. Y es que aunque este año no habrá eclipses, el Sol es el rey del verano.

Aunque a veces no es capaz de aparecer por detrás de las nubes, el Sol sale cada día. Quizá por eso no se le hace demasiado caso, parece aburrido. La realidad, sin embargo, es muy diferente, porque la acción del Sol es terrible. El Sol está vibrando constantemente. Al igual que la Tierra, el Sol tiene movimiento de rotación, pero no es una rotación homogénea, ya que en la superficie se mueve a mayor velocidad que en el resto de latitudes del Ecuador, y si se va hacia el interior del Sol las cosas cambian.

Por otra parte, el propio Sol es el principal agente del viento solar, responsable del flujo continuo de electrones, iones y campos magnéticos. Este viento parece ser de dos tipos: uno lento, de 350-400 kilómetros por segundo, y otro más rápido, de 750 kilómetros por segundo. Parece que el flujo lento se produce en las zonas del Ecuador Solar, mientras que el rápido se produce en las proximidades de la corona. Independientemente del lugar de origen, la corona es la responsable del empuje del viento. La temperatura en la corona es de 1.000.000 de grados, lo que genera una presión hacia el exterior capaz de superar la fuerza de gravedad del Sol, generando un flujo continuo. También son conocidos los ciclos solares, tiempos de cambio en el campo magnético de la estrella. Cada ciclo tiene una duración aproximada de 22 años.

Como se ve, el Sol es el punto de encuentro de numerosas actividades. ¿Pero cómo es nuestra estrella gigante? Estructuralmente, los expertos distinguen entre estructura interna y externa. El núcleo, la zona de radiación y las zonas de convección constituyen una estructura interna. El núcleo se extiende a 200.000 kilómetros del centro del Sol. Está formado principalmente por helio, hidrógeno y electrones libres. Allí se producen las fusiones nucleares. Sobre el núcleo se encuentra la zona de radiación, situada a unos 500.000 kilómetros del punto final del núcleo. Esta capa expande la energía que produce el núcleo. Sobre ella se encuentra la zona de convección, entre 500.000 y 700.000 kilómetros. En esta zona también se propaga energía mediante células convectivas que llegan hasta la superficie del Sol. Los gránulos y los supergránulos son la expresión de zonas muy luminosas que, a menudo, aparecen en la superficie del Sol.

Por tanto, antes de hablar de los gránulos y supergránulos del Sol, habría que hablar de la estructura externa del Sol, formada por la fotosfera, la cromosfera y la corona. La fotosfera tiene unos 350 kilómetros de espesor y la luz que se recoge en la Tierra llega de allí. Al llegar a la fotosfera, los fotones escapan y llegan hasta la Tierra. No pueden escapar antes porque la alta densidad de la materia no la permite. Según los expertos, los fotones tardan 10 millones de años en llegar desde el núcleo hasta la fotosfera. Las manchas solares, factual, plumas, granos, etc. también forman parte de la fotosfera. Al final de la fotosfera aparece la cromosfera, una capa de 10.000 kilómetros de espesor. Espículas, protuberancias y filamentos, entre otros, forman parte de la cromosfera. Y finalmente la corona. Allí donde el pasado 11 de agosto el eclipse fue completo se pudo ver sin herramientas especiales. A pesar de tratarse de una capa exterior de la atmósfera del Sol, si no se ha visto con aparatos especiales, o en los eclipses, no es perfectamente visible. Fuera de ello, la heliosfera también se ha caracterizado por la llegada del viento solar y del campo magnético que lleva asociado.

Según lo leído, está claro que el Sol no es una estrella tranquila que parece vista desde la Tierra, ya que en ella se producen espectaculares. Según los expertos, el Sol se encuentra en un ciclo distendido. Según ellos, lleva ya unos 4.500 millones de años en este apacible ciclo, y es posible que otros 5.000 millones pasen antes de que finalice el ciclo de tranquilidad. A partir de ahí, a medida que avanza la evolución, los fenómenos que se producen en el Sol se transformarán, serán más complejos y gigantes hasta que se desborde. Dicen que luego volverá la tranquilidad, pero de otra manera…

Por si acaso, los expertos continúan trabajando en investigación sobre la enseñanza de los resultados procedentes de la observación solar. Por ello, en la actualidad existen programas de investigación solar. El satélite SOHO (Solar Heliosphere Observatory) tiene esa función, observar el Sol y acumular la mayor cantidad de información posible. Fue lanzado en 1995 por la Agencia Espacial Europea en colaboración con la NASA. La sonda Ulysses tenía la misma función. Tras la vuelta desde Júpiter, en 1994 pasó por encima del Polo Sur del Sol y en 1995 por encima del Polo Norte.

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