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Ionizantes de aire

1994/09/01 Otaolaurretxi, Jon Iturria: Elhuyar aldizkaria

Los aparatos que ionizan el aire, enchufados, cuelgan en la pared. Según la publicidad, estos aparatos limpian el aire, eliminan los malos olores de la habitación, matan las bacterias, tranquilizan a la persona, etc. ¿Es cierto?

El que respira aire ionizado por estos aparatos tiene buena salud y facilidad para dormir bien por la noche. Todas estas ventajas han hecho que los ionizantes se hayan puesto de moda en los últimos tiempos. La producción de millones de iones de oxígeno negativo por segundo, asegura que gracias a estos aparatos se concentra mejor en el trabajo, se calma mejor y también elimina el olor al tabaco.

Veamos primero cómo funcionan estos ionizadores. Cortan la corriente eléctrica y envían pulsos eléctricos cortos, generando una descarga entre dos electrodos cada vez. Para que se produzca la descarga, un transformador sube mucho la tensión entre los electrodos previamente. Cada descarga emite un pequeño ruido por lo que el que está junto al aparato oye una burrundarita.

¿Este montón de descargas produce millones de iones de oxígeno? Sí, los crea, al igual que en caso de tormenta produce rayos en el aire. Hasta que se produce la descarga eléctrica y se producen átomos negativos de oxígeno se producen unas reacciones. En primer lugar, los átomos situados en la superficie del electrodo negativo o cátodo durante la descarga presentan un fuerte agitación térmica (unos 10.000 ºC). Debido a la alta tensión, los electrones de estos átomos son lanzados al aire a gran velocidad entre los electrodos.

El aparato, al funcionar a presión atmosférica, expulsa los electrones al aire que hay en la habitación, que chocan con el oxígeno (O 2) y el nitrógeno (N 2) del aire, siendo disparados los electrones situados en la capa exterior de estos átomos. Las moléculas perdidas por las cargas eléctricas negativas quedan cargadas positivamente, y al ser atraídas entre sí por moléculas de distinta carga eléctrica, las moléculas N 2 + y O 2 + van al cátodo. Estos átomos ocupan muchos electrones liberados durante la descarga. Los electrones, por tanto, se extienden a la atmósfera y, al ser muy inestables, comienzan inmediatamente a buscar la molécula que los recoja. Estos electrones son captados por el oxígeno, convirtiéndose en O 2 - o iones negativos.

Según este principio, los ionizantes que venden en el mercado generan millones de iones negativos por cada centímetro cúbico de aire contenido en la descarga, pero al mismo tiempo hay que decir que otros millones por cada ion negativo fabricado quedan sin efecto como antes. La proporción de iones negativos en el aire es, por tanto, muy baja. En muchas ocasiones, el aparato dispone de un pequeño abanico para extender los iones negativos generados a la habitación.

Un efecto beneficioso del oxígeno ionizado es la muerte de las bacterias. La molécula de oxígeno negativo, como cualquier ion, es muy reactiva. Busca rápidamente algún otro átomo o molécula para reunirse con él y equilibrarlo eléctricamente. Cuando los iones se encuentran con bacterias, dañan el cromosoma y se queda sin posibilidades de reproducción. Sin embargo, dado que la concentración de iones es muy baja en el aire, se desconoce el número de bacterias afectadas.

La influencia directa de estos iones en la persona es nula. En cuanto los iones nos tocan, reaccionan con la primera molécula orgánica que encuentran en la piel o en la boca y dejan de ser iones.

También hay razón para decir que el aparato ahuyenta malos olores. De hecho, las moléculas aromáticas, si son orgánicas, son fracturadas por los iones. En Francia, por ejemplo, hace unos diez años en un puerto marítimo se intentó eliminar los malos olores, pero se suspendió la sesión porque era muy caro y poco eficiente.

A través de la ionización, algunos alimentos frescos duran más si se enfrían o mueren algunos gérmenes. Con el bombardeo de electrones se ionizan las células del interior de los alimentos, pero no se alteran los sabores ni las formas.

La ionización también se utiliza para eliminar contaminantes que no pueden ser eliminados del agua por los tratamientos clásicos. Los electrones acelerados en vacío atraviesan la corriente de agua. Sin embargo, cuando la profundidad de la corriente es superior a unos centímetros, los electrones no llegan a las capas inferiores y el sistema no tiene eficiencia de extracción.

En medicina, la ionización también puede servir para administrar medicamentos a través de la piel. La zona a tratar se coloca en la zona ionizada de baja tensión. Las moléculas terapéuticas se cargan eléctricamente y tienden a desplazarse de un electrodo a otro. Esta técnica, aunque inicialmente se ha tratado de curar traumatismos deportivos, actualmente se utiliza en muchos centros estéticos y en algunas kinesiterapias. Este procedimiento debe ser muy cuidadoso ya que de lo contrario los productos a aplicar en un determinado lugar pueden extenderse a todo el cuerpo.

1. Dentro del ionizador hay dos electrodos separados por una lámina de aire. II. Los electrones presentes en el cátodo, mediante reacciones intermedias, convierten a las moléculas de oxígeno en iones negativos. III. Estos iones atraen a los ánodos (debido a su diferente carga) y se extienden fuera del aparato por los orificios. (Para ver bien esta foto puedes ir al pdf).

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