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Agroaldeas, ¿agricultura al alcance de todos?

2005/04/01 Kortabitarte Egiguren, Irati - Elhuyar Zientzia Iturria: Elhuyar aldizkaria

¿Quién no sabe qué es un polígono? La palabra industrialde es bastante conocida para todos. Bien. Pero quizá el término que se menciona a continuación no te resulte tan conocido, el agroaldea. ¿Qué es un agroalde? Resultado de aplicar un concepto de uso industrial a la agricultura. De hecho, en un agroaldea se unen las actividades agrícolas. Las infraestructuras comunes están financiadas por la administración y se distinguen varias parcelas en las que todo el que quiera trabajar puede alquilarlas.
J. C. Alberdi

Muchas veces se oye que hay poca tierra, lo que dificulta el desarrollo de la agroaldea. ¡Pero no! Euskal Herria es pequeña y aquí vivimos mucha gente, pero no hay poca tierra.

Lo que pasa es que la mayor parte de la tierra que hay es privada. En Gipuzkoa y Bizkaia, por ejemplo, y especialmente en Gipuzkoa, no hay suelo público. Lo que hay es privado y vale mucho.

Por otra parte, algunas tierras agrícolas están perdiendo debido a su uso para otras necesidades (industria, construcción de viviendas, etc.). Hay que hacer algo para proteger esos suelos buenos para la agricultura y fomentar la actividad. Una forma de conseguirlo es el ejemplo de los agrogrupos. Además de la protección de los terrenos, mediante un proyecto se acondicionan estos terrenos, tal y como se hace en la industria, mediante obras de urbanización: agua, electricidad, viales. Los agroaldeas son, por tanto, modelos o ideas promovidas por los municipios.

El problema es que las tierras son públicas, por lo que si se decide que son para cualquier otra actividad, la agricultura no gana tanto como otros sectores. En consecuencia, siempre hay peligro de extinción de estos terrenos.

Por Gipuzkoa

La idea de agroaldeas surgió en Euskal Herria en 1992, en Oiartzun, y actualmente hay cinco agroaldeas en marcha: San Marcos (Renteria-San Sebastián), Asteasu, Arragua (Oiartzun), Astigarraga y Lezo, entre otros, se encuentran varios caminos (Bergara, Irun...). Todos ellos son polígonos de propiedad pública, divididos en parcelas comprendidas entre 4.000 y 10.000 m 2. Cuentan con infraestructuras generales comunes (luz, agua, accesos, cierres) y se dedican al cultivo de hortalizas, plantas o flores cortadas.

Dos de estos cinco agrogrupos disponen de plantas de cogeneración que producen electricidad y calor simultáneamente a partir de un combustible, normalmente gas natural.

Agroaldea de San Marcos.
J. C. Alberdi

La agroaldea de San Marcos, por ejemplo, se encuentra en las inmediaciones del vertedero de residuos sólidos urbanos de San Sebastián, lo que permite utilizar como calefacción el agua que utiliza el motor de la planta de biogás del vertedero, de donde se extrae el agua caliente. Esto se debe a que en la planta de combustión se genera el metano (biogás), que tras su mezcla con gas natural se genera electricidad.

En Arragua de Oiartzun ocurre algo parecido. Allí también se quema gas natural y se genera electricidad.

En estas zonas se producen, entre otros, hortalizas y plantas, principalmente tomates. Todas estas producciones pueden realizarse en tierra, maceta o de forma hidropónica, tanto en invernadero como fuera. El cultivo hidropónico es realmente una palabra sutil. Se trata de un cultivo en el que las plantas no crecen en tierras, sino que esta función la realiza un sustrato artificial fabricado con arcilla. Las bolsas o sacos de estas arcillas tratadas se colocan en el suelo y la planta llega con riego. El invernadero, por su parte, satisface las necesidades climáticas de las plantas.

En estos sistemas no se utilizan pesticidas, por lo que se trata de una producción limpia, es decir, sin restos químicos. Además, el proceso de la planta está controlado desde el principio hasta el final por un sistema de ordenador.

Agroaldea vs Industrialdea

Sin duda, la agroaldea surge a la sombra del polígono. Sin embargo, las instituciones se comprometen mucho menos con los agroaldeas. Algo normal. Y es que se necesita mucha más tierra para conseguir mucho menos empleo.

El tomate es el producto más producido en agroaldeas.

Se diferencian mucho de los polígonos industriales, por un lado el económico y por otro el emplazamiento, ya que para la realización de agroaldeas, en general, no se seleccionan los terrenos, se ubican en los márgenes y en muchos casos se realizan rellenos, ya que son terrenos no deseados para ningún otro fin. Además de todo esto, los productores nunca se apropian de estas tierras. En los polígonos industriales, por su parte, tienen un plazo de entre 10 y 20 años para adquirir progresivamente la parcela que inicialmente se ha arrendado. En agroaldeas, sin embargo, la tierra no se puede comprar. Eso sí, los alquileres son muy baratos, unos 180 euros anuales.

Agroaldea es una apuesta a largo plazo. Y el proyecto pretende recuperar y producir terrenos públicos o, al menos, dar esa oportunidad a quien quiera producirlos. La propia Diputación Foral de Gipuzkoa ve el futuro por este camino, sobre todo en el sector de la horticultura.

Juan Kruz Alberdi: “En agroaldeas se necesita mucha tierra y en Gipuzkoa hay muy poco suelo disponible y disponible para la agricultura”

¿Qué es Behemendi?

Behemendi es una asociación de desarrollo rural de Donostialdea. Su función, por supuesto, es promover el desarrollo rural. En cuanto a Gipuzkoa, también existen asociaciones de desarrollo rural en Tolosaldea, Urola, Bajo Deba, Alto Deba y Goierri. Y se extienden por toda la Comunidad Autónoma del País Vasco.

¿Qué papel juega la asociación en la promoción del agroaldea?

Profesor del Departamento de Geografía de la UPV y miembro de la asociación Behemendi.

Nuestro objetivo como técnico de Behemendi es poner en marcha agroaldeas. No existen otras entidades que realicen este trabajo. Nos encargamos principalmente de buscar y acondicionar terrenos. También forman parte de Behemendi todos los ayuntamientos del valle, así como asociaciones y sindicatos de baserritarras del valle. Por supuesto, trabajan conjuntamente con la Diputación.

¿Cómo veis desde vuestra asociación el futuro de los agrogrupos?

Desde el punto de vista positivo, nadie cuestiona el buen funcionamiento del sector hortícola. En la actualidad es probablemente el sector que mejores resultados está dando en Euskal Herria. El consumo de hortalizas ha aumentado considerablemente a lo largo de toda la década.

Además, la actividad que menos suelo necesita es la horticultura. Por lo tanto, para este uso habrá que buscar terrenos, si no es otro. De hecho, en agroaldeas la única actividad que se puede desarrollar es la horticultura, ya que el pastoreo y el cuidado del ganado necesitan mucha tierra. Para hacer una idea se necesita aproximadamente 10-100 veces más superficie.

De cara al futuro, sin embargo, se puede decir que el futuro de los agrogrupos es bastante difícil. La situación del sector es muy negra. Y, en definitiva, la situación de los agroaldeas es sólo una consecuencia de la situación del sector agrario.

En Gipuzkoa, por ejemplo, no hay jóvenes que quieran seguir en el sector y la presión urbanística es tan grande que es muy difícil de producir. Tanto productos de la huerta como cualquier otra cosa. Se necesita mucha tierra y en Gipuzkoa, por sus características físicas, hay muy poca disponibilidad y disponibilidad de suelo.