Humedales del País Vasco (X): bosques de ribera y bosques de ribera (I)
2001/03/01 Estonba Mintxero, Mikel Iturria: Elhuyar aldizkaria
Los bosques de ribera y los bosques de ribera son ecosistemas forestales húmedos creados por las inundaciones periódicas y sus aportaciones en márgenes y terrenos. Su característica principal son los suelos húmedos y profundos.
Los bosques de ribera son zonas aluviales conocidas como bosques de galería, bosques fluviales o bosques de ribera, que se originan no sólo en las losas de montaña sino también en las orillas de ríos y arroyos. Sin embargo, dependiendo del tamaño del río y de sus características biogeográficas y geomorfológicas, la extensión y composición vegetal de los bosques de ribera varía. En el caso de Euskal Herria, los medios aluviales más complejos y ricos se encuentran en el río Aturri y en los ríos de la llanada de la vertiente mediterránea, es decir, en los ríos Ebro, Baia, Zadorra, Ega, Arga y Aragón, y en varios de sus afluentes. En todos ellos, debido a la suavidad del relieve, se forman amplios meandros en los que se desarrollan ecosistemas húmedos y ricos, conocidos como bosques de ribera.
Estos humedales forestales, creados como consecuencia de la dinámica de los ríos, además de ser un verdadero refugio de la biodiversidad, son por muchos motivos de gran importancia para el equilibrio ecológico de los mismos:
- La producción primaria es muy alta.
- Regulan el intercambio de alimentos entre medio terrestre y acuático y facilitan la depuración de las aguas residuales.
- Su sombra impide la eutrofización del agua.
- Son defensas naturales efectivas en caso de inundación.
- Facilitan la sedimentación de los alimentos disueltos en el agua.
- Mantienen las fértiles tierras de los valles.
- La diversidad de biotopos de los bosques de ribera hace que la riqueza de vida sea muy alta.
- Son lugares de gran valor paisajístico y estético y constituyen un elemento de diversificación paisajística muy importante en el sur árido del País Vasco.
Los bosques de ribera están directamente relacionados con los meandros resultantes de la dinámica fluvial. Los ríos excavan las orillas exteriores de los meandros y forman playas de arena y grava en el borde interior. Cuando la vegetación coloniza estas alubias se crean bosques de ribera.
La gran riqueza de vida de los bosques de ribera se puede definir como el resultado de su abundante estructura geomorfológica. Entre estas estructuras geomorfológicas cabe destacar las siguientes:
Depósitos aluviales de arena o grava. Estos depósitos, también conocidos como point-bar, se forman en la arista convexa del meandro.
Cauces secundarios. Estos pequeños cauces de entrada en lo alto del meandro atraviesan el bosque de ribera y sólo conducen el agua en épocas de inundación.
Los cauces maternales. Son depresiones estrechas y largas que suelen aparecer cerca del cauce principal. Estas estructuras, que normalmente presentan una capa de agua a lo largo de todo el año, se forman al cerrar con acumulación aluvial el acceso a los cauces secundarios o al producirse un depósito aluvial que aísla una masa de agua en el cauce principal. A menudo, los cauces maternales confluyen en la parte baja del bosque de ribera con el cauce principal, donde se produce un intercambio entre las aguas estancadas del cauce materno y la corriente del río. Los cauces maternales son áreas de gran dinamismo biológico.
Márgenes de ríos. pueden ser abruptos o en forma de playa.
Escarpes erosivos. Las corrientes son estructuras resultantes de la erosión que produce en los terrenos fluviales del Cuaternario y en las capas de yeso al borde de la llanura aluvial.
Afloramientos rocosos. Cuando el río erosiona la totalidad del depósito aluvial del Cuaternario, a menudo afloran capas calcáreas margosas. En las zonas en las que aparecen estos afloramientos se acelera la velocidad del agua y se forman zonas de agua viva.
Vegetación
En cuanto a la vegetación que se desarrolla en las márgenes de los ríos, debido a su constante rejuvenecimiento debido a la dinámica del río, se compone principalmente de bosques de galería formados por especies colonizadoras. Estos bosques de galerías, al margen de la corriente, se estructuran en cinturones de vegetación. Esta estructuración depende de factores como el nivel de la capa freática, la influencia de las inundaciones, la granulometría y composición del sustrato, sin olvidar la influencia humana. En el caso de Euskal Herria también hay que tener en cuenta el factor biogeográfico, ya que el paso de la frontera entre la región eurosiberiana y la mediterránea por el centro de nuestro territorio hace que se desarrollen distintos bosques de galerías al norte y al sur de este límite.
En general, los bosques de galería suelen tener tres cinturones de vegetación:
Vegetación de aguas estancadas que quedan fuera de la corriente.
Vegetación que se desarrolla en playas de guijarros y grava, frecuentemente inundadas por inundaciones.
Vegetación de ribera rara en el subsuelo.
Aunque la presencia de estos tres grandes cinturones de vegetación es característica de todos los bosques de galería, debido al factor biogeográfico antes mencionado, en cada uno de ellos la composición de la vegetación es diferente en los ríos de la región eurosiberiana y mediterránea.
En las orillas de la región eurosiberiana, condicionada por el clima oceánico húmedo, el aliso es el árbol más abundante, por lo que, aunque existen otras especies arbóreas, estos bosques se conocen como alisedas.
Sin embargo, como ya se ha mencionado anteriormente, un estudio más exhaustivo permite diferenciar diferentes comunidades vegetales en estos bosques de galería. En las estrechas playas de grava y guijarros que se forman en los meandros de estos cortos y abruptos ríos se forma un cinturón de vegetación formado por varias especies de sauces y mimbres. Las especies vegetales que habitan en estas comunidades, conocidas como Sahasti, se enfrentan a unas condiciones muy exigentes, ya que además de las inundaciones periódicas, la fuerza de las crecidas produce un efecto mecánico abrasivo y la erosión de la escasa tierra que puede acumularse sobre gravas y guijarros. Entre las especies que se han adaptado a vivir en estas condiciones extremas, el mimbre rojo es el más abundante, pero suele acompañarse de algún sauce oscuro o mimbre blanco.
Más atrás, sólo en las orillas de los ríos que quedan inundadas en grandes avenidas estacionales, se forma la aliseda antes mencionada. La aliseda es un bosque sombrío y humilde que se forma en suelos húmedos y turbulentos. A pesar de que el árbol predominante en estos bosques es el aliso, tal y como su nombre indica, también es residencia de otros árboles y arbustos como el fresno, el avellano, el zumalakarra o el sauce oscuro. El sotobosque de las alisedas es también muy rico, entre las especies que lo habitan, los helechos Phyllitis scolopendrum y Osmunda regalis y la lamottiana Myosotis, Hypericum androsaemum, Arum italicum, Saxifraga hirsuta, Carex remota, Carex penrobusto, Festuca gigante o, o Belemella del Sudeste del Valle de Solemoso, o.
Sin embargo, a medida que nos acercamos a la región mediterránea, la composición vegetal de las alisedas varía y, además de los ya mencionados, aparecen el arce común, el chopo negro, la hojaldre de olmos, los espigones blancos del norte y del sur o la sauce negro. También se modifica la composición herbácea del sotobosque.
Por último, en las zonas de expansión de los valles, tras las alisedas, se forma un cinturón de vegetación conocido como fresno en los suelos profundos, húmedos y fértiles de los valles. Estos bosques polifitos, que apenas se ven afectados por las inundaciones, además de fresnos, están formados por arces blancos y comunes, tilos frondosos, olmos frondosos y robles pedunculados. Debido a la fertilidad del suelo, estos bosques son ricos en arbustos, matorrales y hierbas, por lo que el sotobosque de las fresnedas es cerrado y compacto. Entre los arbustos y matorrales destacan el espino blanco y negro, el dorado, la zarza, la morera y el cordón. En el sotobosque, sin embargo, el helecho de Polysticarto setiferum y las hierbas de Arum italicum, Veronica montana, Glechoma hederacea o Hypericum androsaemum son las más abundantes.
Sin embargo, como ya se ha mencionado anteriormente, las formaciones vegetales más complejas y ricas de las riberas se concentran en los márgenes de los extensos ríos de la llanada que discurren por la región mediterránea del País Vasco. En una región de veranos áridos y calurosos, los bosques de galería o de ribera que los ríos han conservado hasta la fecha son auténticas islas húmedas rodeadas de paisajes secos, donde la biodiversidad y la biomasa son importantes comparadas con la de las tierras circundantes.
En cuanto a la vegetación, en los bosques de ribera bien conservados se pueden distinguir cuatro cinturones de vegetación. El primero se forma en playas de guijarros, arenas o limos que periódicamente inundan las avenidas y está formado principalmente por especies de sauces y mimbres, por lo que se conoce como sauceda. En estas saucedas mediterráneas que se ven afectadas por las inundaciones, las principales especies son el mimbre frágil, el mimbre rojo, el mimbre frondoso y el Salix triandra.
Tras las saucedas, sólo en zonas inundadas por grandes avenidas, se pueden ver choperas dominadas por especies de blanco y chopo negro. Las choperas son bosques cerrados y húmedos en cuyo interior, además de los árboles mencionados, abundan grandes sauces como el Salix neotricha, hojaldre de fresnos, hojaldre de olmos o aliso negro. En el sotobosque destacan especies herbáceas como Rubia tinctorum, Brachypodium sylvaticum, Agrostis stolonifera, Humulus lupulus… Arbustos y matorrales como el Rubus ulmifolius, el espino negro, el espino blanco del norte, las pulgas arcas...
A menudo en el interior de las choperas aparecen pozos de agua estancada y superficial (canales madre, bahías…). En ellos se forman carrizales compactos compuestos principalmente por Phragmites australis, Typha angustifolia, Typha dominguensis, Typha latifolia y Scirpus lacustris heliofito.
Detrás de las choperas, aunque rara vez se hunda en las inundaciones, en extensos valles que mantienen una elevada humedad de suelo, se encuentran bosques conocidos como los olmos por ser la principal especie arbórea el hojaldre de olmos. En él conviven, junto con Zumarraga, pequeñas hojas de fresno, espino negro, espino blanco del norte y varias zarzas y arcas. Asimismo, destacan la presencia de vid silvestre y la abundancia de especies vegetales trepadoras. Sin embargo, entre las hierbas destacan Arum italicum, Brachypodium sylvaticum, Ranunculus sylvaticum, Ranunculus ficaria e Iris foetidisima.
Por último, en la zona más alejada del agua se encuentra el tipo de bosque conocido como milagros, por estar formado principalmente por varias especies de millares. Este cinturón de vegetación no soporta las fluctuaciones acuáticas habituales en los valles, por lo que la vegetación que en él se desarrolla es menos dependiente del agua que en el resto de los cinturones. Además, puede admitir un cierto grado de salinidad, ya que cuando el nivel freático baja y el suelo se seca, las sales disueltas en el agua se concentran. En los suelos que presentan estas características (hidromorfía temporal, un cierto grado de salinidad y un carácter asfixiante), la gran mayoría de las veces el milenio francés vive arbusto, pero es fácil ver el milenio africano y el mil canario en zonas de mayor salinidad. Las especies Elymus repens, Phragmites australis o Glyzyrrhiza glabra también son típicas de estos milagros.
Gai honi buruzko eduki gehiago
Elhuyarrek garatutako teknologia